La segunda EPS más grande de Antioquia, que tiene a su cargo a más de 1,6 millones de afiliados, está a las puertas de una reestructuración que podría dar un vuelco al funcionamiento del sistema de salud departamental.
Luego de lanzar un ambicioso plan de capitalización, la entidad destapó sus cartas en medio de una estrategia para vender una cuarta parte de su composición accionaria a los hospitales del departamento.
Aunque desde algunos sectores la idea aún se recibe con reserva, Luis Gonzalo Morales Sánchez, gerente de Savia Salud, promete que de concretarse este plan, la EPS podría alejarse del fantasma de la liquidación y mejorar el servicio para sus usuarios.
Para comprender en qué consiste esta estrategia y qué cambios podría traer le explicamos algunas claves.
Un plan para cuadrar las cuentas
De acuerdo con los estados financieros que Savia entregó a la Contaduría General de la Nación, con corte a diciembre del año pasado sus pasivos ascendían a $656.724 millones.
De ese total, señala Morales, cerca de $250.000 millones equivalen a deudas con hospitales y el resto a un faltante en las reservas internas.
Con base en ese panorama, el plan de capitalización y democratización fue concebido en varias fases.
Desde el orden nacional, la EPS busca obtener por parte de la Nación una inyección de $65.000 millones a través de una figura conocida como Bocas (Bonos Convertibles en Acciones).
A nivel regional, el segundo camino consiste en obtener recursos frescos y saldar deudas viejas modificando la composición accionaria.
Este segundo punto, que comprende una capitalización por $120.000 millones, a su vez se divide en dos fases.
Por un lado, obtener $65.000 millones de la Gobernación, la Alcaldía de Medellín y Comfama; y por otro, dejar a paz y salvo otros $55.000 millones que la entidad adeuda a la red hospitalaria.
Para ambos movimientos serán emitidas 70.135 acciones, que serán transadas entre los actuales socios y 240 hospitales.
Los impactos que persigue el plan
“El objetivo no es que llegue plata, sino de que los hospitales lleguen a la junta directiva”, aseguró Morales, agregando que con esa reconfiguración se espera acelerar la implementación de un modelo de atención integral.
Por ejemplo, en el caso de un paciente con una afección renal, señaló que en vez de tener que someterse a una atención entorpecida por los trámites, sería atendido de forma directa en los hospitales.
“Los pacientes serán atendidos por un equipo que conforman varios prestadores, que estarán en la junta directiva; es decir, será atendido integralmente por una entidad que se pone de acuerdo con los prestadores”, dijo, señalando que a través de esa atención se integrarían servicios como ayudas diagnósticas, medicamentos, entre otros.
Lo que falta para sellar el cambio
Aunque según anunció la EPS, con la luz verde de su asamblea de socios y la valoración de sus acciones podrá formularse una oferta oficial a las clínicas, aún falta un largo camino para que esa capitalización quede en firme.
Según explicaron algunos líderes del sector hospitalario, no es claro qué tan viable sería ese intercambio entre deuda y acciones, tal como lo explicó el pasado 18 de junio a EL COLOMBIANO Luis Alberto Martínez, director ejecutivo de la Asociación de Empresas Sociales del Estado de Antioquia (Aesa).
Para Martínez no sería claro si la entrada a ese negocio pondría en riesgo los planes de saneamiento fiscal de los hospitales acordados con el Gobierno Nacional.
Morales Sánchez argumentó que esa EPS elevó una consulta al Ministerio de Hacienda, obteniendo como respuesta que ese riesgo no existiría.
Sin embargo, para que la venta se consume, aún falta que Savia emita un reglamento de emisión, haga una invitación formal y se reestructure oficialmente la entidad. Todo esto sin contar que la Superintendencia de Salud tendrá la última palabra para negar o aprobar ese cambio.