viernes
3 y 2
3 y 2
AMaría (*), habitante del barrio Santo Domingo, le gustaba el sonido del agua que brotaba libremente y sin control del grifo de su cocina porque le recordaba el sonido de la quebrada de la finca en la que vivía.
Ella no era muy consciente de la necesidad de ahorrar agua en una ciudad, como Medellín, en la que el consumo promedio mensual en un hogar es de 14 metros cúbicos, según cifras oficiales de EPM, y en la que se desperdicia un 20% del preciado liquido, de acuerdo con información de la Liga de Consumidores de Servicios Públicos de Medellín.
Como ella, Jairo, un lavador de carros, en el Barrio Antioquia, comenzaron a ver cómo la botada de agua les estaba costando más de la cuenta.
Y es que según la Ley 142 de 1994, que regula el uso de este patrimonio ambiental, quienes desperdicien el agua pueden ser sancionados con un cobro que se le verá reflejado en la factura de los servicios públicos, cuando el consumo en el hogar supere los 26 metros cúbicos al mes.
Hoy Jairo sabe esto, gracias a que hace parte de una iniciativa del Museo de Antioquia y EPM, con la que se busca sensibilizar sobre el desperdicio de agua en la ciudad.
El proyecto, denominado Memorias del Agua, está enfocado en lavadores de carros y habitantes de asentamientos de Medellín, Itagüí y Bello.
Giovanni Correa, coordinador operativo y de gestión social de Memorias del Agua, explicó que “el objetivo es abordar problemáticas sociales y hacer reflexiones en cuanto al cuidado del agua potable. Le enseñamos a la comunidad a mantener en perfecto estado las mangueras, a construir desarenadores y trampas de grasa para reducir la contaminación y a intervenir el espacio a través del arte para que se vea bonito”.
Como no se trata solo de darles una charla sobre el medio ambiente, se trabaja con los habitantes de la comunidad propuestas artísticas que ellos expresan a través de murales y diálogos para solucionar problemas dentro del sector.
Jessica Rucinque, directora del componente educativo del Museo, dijo que “el propósito de este proyecto es fortalecer el aprendizaje y el diálogo entre los participantes, a través de prácticas artísticas y culturales, aprovechando el flujo libre de ideas, para dar respuesta a los diferentes intereses y necesidades de las comunidades.”
Hasta el momento se han intervenido 60 zonas, 36 lava autos y 24 asentamientos, en el Área Metropolitana.
La respuesta de la comunidad ha sido tan positiva que el Museo y EPM acaban de firmar un nuevo convenio, que se prolongará, por 18 meses más para seguir creando conciencia sobre el buen uso y cuidado del agua (*) Nombre cambiado .
Periodista en formación de la Universidad Luis amigó. Me gusta leer, escuchar y redescubrir lugares que el tiempo y las personas han olvidado.