Mañana se cumple un año de la tragedia que acabó con la mayoría de los futbolistas, cuerpo técnico y directivos del Chapecoense, que hoy busca recuperar la normalidad como club ante los fantasmas de ese siniestro aéreo.
El club del sur de Brasil ha sido sin duda uno de los más seguidos en el mundo desde esa lamentable fecha, a raíz de la tragedia, recibiendo homenajes en países como Argentina, Colombia, Uruguay, Venezuela, Japón, España, Italia y Francia, y que visitó para disputar competiciones oficiales y duelos amistosos.
A nivel deportivo, el Chapecoense logró la permanencia en la Serie A brasileña en un año que, como se preveía, fue muy complicado, con un equipo nuevo hecho en pocas semanas.
La directiva encomendó las riendas del equipo a Vagner Mancini, que logró el Campeonato regional de Santa Catarina y vio cómo un error administrativo, por alineación indebida, eliminaba el equipo verde de la Copa Libertadores, la máxima competición continental y en la que debutaba.
Tras llegar a liderar el Campeonato Brasileño en las primeras jornadas, el Chapecoense acabó pagando un calendario muy cargado de partidos y competiciones (disputó siete torneos oficiales), unido a amistosos -homenaje en Barcelona, Lyon y Roma en plena temporada-, lo que después le pasó factura físicamente.
El declive del juego y resultados se tradujo en una polémica destitución de Vagner Mancini a inicios de julio y la llegada de Vinicius Eutrópio, quien tampoco mejoró los resultados. Tras un breve período con el interino Cris Emerson, Gilson Kleina fue el responsable de lograr la preciada salvación.
En el accidente murieron 71 personas y apenas 6 sobrevivieron. 19 de las víctimas fueron futbolistas, otras 25 técnicos y directivos del club, 20 periodistas, y otros siete, miembros de la tripulación.