Más importante que diferenciar entre un espacio abierto y un espacio cerrado es descubrir en cuáles hay ventilación directa y en cuáles no. El virus de la covid-19 (el SARS-CoV-2) le “huye” al viento.
Su transmisión ocurre en mayor medida a través del aire, mediante aerosoles (partículas muy pequeñas de fluido respiratorio), emitidos por personas infectadas (con síntomas o no) al hablar, gritar, reír o cantar.
Estos permanecen suspendidos en el aire desde segundos hasta horas, contagiando al ser inhalados por alguien sano. Sin embargo, son menos “peligrosos” si hay corrientes de aire que los dispersen. ¡En eso es en lo que debe fijarse!
Un consejo que no falla: la analogía del humo
Para evaluar qué tanta ventilación hay en un lugar y qué tanto riesgo está asumiendo, piense en aquellos momentos en los que ha respirado humo de segunda mano.
Cuando ha estado cerca de un fumador ha visto que el humo del cigarrillo se concentra en el aire: que en una habitación con poca ventilación se acumula con mayor facilidad, y que al aire libre se dispersa rápidamente.
Los aerosoles infecciosos, aunque no son visibles como ese humo, se comportan igual. De hecho, los expertos en transmisión aérea recomiendan hacer esa analogía para evaluar el riesgo de contagio en cada situación y lugar.
Entonces, si está caminando al aire libre o compartiendo un espacio cerrado con otras personas, suponga que todas están fumando y pregúntese: ¿inhalaría mucho humo o no? Si la respuesta es sí, mejor colóquese el tapabocas.
Ejemplos con lugares específicos
Frente a esto hay consenso: un espacio al aire libre es uno sin paredes ni techo, en el que el viento circula permanentemente y sin dificultad. Ahora bien, en un contexto de pandemia como el actual, esas características no son suficientes.
Debe pensar además en cuatro factores: qué tanta cantidad de personas hay; qué tan cerca están unas de otras; qué acción está realizando cada una (hablar, cantar, gritar, estar en silencio) y qué tanto tiempo van a permanecer juntas.
- En un parque o plaza pública: si son pocas las personas que están circulando o sentadas en ese lugar, puede prescindir de su tapabocas. No obstante, recuerde que debe ponérselo, o mantener una distancia de mínimo 2 metros, si va a conversar con alguien.
- En un centro comercial: si va a caminar por los pasillos exteriores y puede mantenerse alejado físicamente de otros individuos, está bien no usar su tapabocas. Sin embargo, dentro de un local (en los que usualmente no circula aire limpio), úselo.
- En la universidad o colegio: si va a estar en una plazoleta conversando a una distancia de al menos 2 metros con sus amigos, puede dejar de usarlo, pero si va a estar en un salón de clase, que tiene ventanas solo a uno de los costados, mantenga puesto el tapabocas. Garantizar que el aire se renueva es clave, por eso las “aberturas” (puertas y ventanas) deben estar una en frente de la otra.
- En un estadio o conciertos: aunque la circulación del aire parezca evidente y efectiva, si son muchas las personas y si además están coreando arengas, el riesgo de contagio será alto. La cantidad de aerosoles emitidos es mayor si hay gritos, menor si se habla con baja intensidad, y mucho menor si se está en silencio.
- En el bus, taxi o metro: el ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruiz Gómez, señaló en un comunicado oficial que el sistema de transporte público no opera como espacio abierto. “Allí debemos seguir manteniendo el tapabocas, porque hay cercanía y aglomeración. En general, no hay condiciones de ventilación”. En estos lugares, también es recomendable abrir las ventanas y procurar permanecer en silencio.
- En una oficina amplia: si va a estar en su escritorio, en silencio, puede dejar a un lado su tapabocas. Sin embargo, si va a acercarse a hablar con un compañero o va a gritarle a otro para llamar su atención, colóqueselo. Sea aún más juicioso si su oficina no tiene ventanas abiertas o un filtro especial en el aire acondicionado.
En definitiva, piense siempre en la analogía del humo. Lo que usted quiere es respirar la menor cantidad de humo posible (que sería la menor cantidad de aerosoles).