Si bien existen componentes de riesgo hereditarios, la exposición constante a otros factores puede alterar los mecanismos de protección inmunológica e incrementar la probabilidad de desarrollar cáncer.
“La exposición permanente sobre el ADN con factores de riesgo como alcohol, cigarrillo y sedentarismo generan un deterioro del mismo. Es decir, las células empiezan a tener dificultades en la división y reparación, perdiendo el control, generando el cáncer”, explica Juan Carlos Restrepo, médico radiooncólogo.
El alcohol tiene consecuencias en el organismo desde el momento en que empieza a metabolizarse. “Cuando ingresa al cuerpo, se convierte en acetaldehído. Un químico tóxico que daña el ADN y produce radicales que generan la oxidación de este, deteriorando ciertas vitaminas que son necesarias para la absorción de los nutrientes. Por otro lado, durante la fermentación, el alcohol puede haberse contaminado con asbesto, fenoles o hidrocarburos químicos, que son carcinógenos”.
Así mismo, añade el doctor Restrepo, produce cambios en las superficies de las mucosas, lo que impide la reparación de las células y favorece una reproducción indebida que puede generar algunos tipos de cáncer como de cavidad oral, esófago, mama, colorrectal, entre otros.
Por otra parte, existe una asociación directa entre el consumo permanente del cigarrillo con el desarrollo del cáncer. “Hay estudios epidemiológicos que demuestran una relación causa efecto. Lo que sucede es que el consumo permanente altera la función intracelular y extracelular de la zona bronquial. El alquitrán, como un agente exógeno, produce una inhibición de la reparación celular generando el cáncer por altas concentraciones de nitrosaminas”, explica Daniel Gómez Gómez, cirujano general.
El consumo de cigarrillo es un factor de riesgo muy elevado, que provoca casi el 30 % de todas las muertes de cáncer en Estados Unidos. Entre los más comunes, asociados con el tabaquismo, se encuentran el cáncer de pulmón, cáncer de cavidad oral, cáncer de esófago y cáncer de vejiga.
“Muchos pacientes me preguntan si el riesgo de desarrollar cáncer disminuye si dejan de fumar. Lamentablemente, el daño permanece latente y el riesgo de producir un cáncer ya se hizo, lo que sí puede disminuir es el riesgo de tener más enfermedades asociadas con el tabaco”, explica Gómez.
Otro de los factores de riesgo que puede favorecer la aparición del cáncer es el sedentarismo. Estudios han demostrado que las personas que se mantienen activas físicamente tienen un riesgo más bajo que las personas que no hacen ninguna actividad física.
Según explica el doctor Restrepo, los pacientes que tienen una vida sedentaria tienden a ser personas obesas, con un proceso de inflamación crónica, que puede generar el desarrollo de cáncer. “En general, los pacientes obesos, principalmente mujeres posmenopáusicas, tienden a tener un nivel de estrógeno libre más alto, lo cual está asociado con un riesgo mayor de cáncer de seno, ovario y endometrio. También se producen adipocinas que pueden generar o inhibir el crecimiento celular”, comenta.
Es importante resaltar que existen factores protectores que disminuyen la posibilidad de desarrollar un cáncer como la vacuna del papiloma humano que previene el cáncer de cuello uterino, cavidad oral, vagina y ano. Adicionalmente, la vacuna para Hepatitis B previene el desarrollo del cáncer de hígado.
Juan Carlos Restrepo también comenta que al evitar la exposición a la radiación, a químicos y mejorando los hábitos alimenticios y físicos, se afecta positivamente la disminución de ciertos tipos de cánceres. Cabe resaltar, que “lo más importante es que las personas tengan en cuenta que la exposición permanente causa más cáncer que el factor hereditario”.
Continuamente, profesionales de la salud estudian los factores de riesgo y de protección para desarrollar campañas de tamizaje que permitan detectar el cáncer temprano y que tener un mejor pronóstico