¿Oye el canto de ese pájaro a través de la ventana o el de las ranas cuando sale de la ciudad? Tal vez están llamando a sus hembras. Si presta atención a su alrededor es probable que descubra a muchos animales cortejando, listos para el amor.
El ciclo de la vida inicia con el encuentro entre dos individuos de una misma especie que buscan transferir su genes a la siguiente generación.
El comienzo es con el cortejo, un ritual con el que se atrae la atención de uno o varios miembros de la especie, y con el que también se deja saber al otro su disposición de aparearse.
Sin embargo, hay especies que no tienen cortejo en absoluto. Luis Kamil Buitrago, biólogo y divulgador científico del Parque Explora, cuenta que “el cortejo es la antesala de la reproducción, cuando es fructífero, sin embargo, hay unas especies que en su forma de reproducirse son muy azarosas. Un ejemplo son los corales que se sincronizan con las fases de la luna y en determinados momentos del año se reproducen masivamente. Como son animales que no se mueven, ellos liberan sus óvulos y espermatozoides en el agua y dejan que a merced de las corrientes, por el azar, alguno fecunde al otro. Allí no hay cortejo”.
Otros, no obstante, hacen de todo para conquistar. Hay tantas estrategias como especies animales, pero hay unas que llaman la atención por ser todo un espectáculo, como la del pavo real, que despliega su cola de colores para seducir a su pareja. Según Buitrago, hay varias líneas de seducción animal que se han identificado en la naturaleza. Estas son algunas.
Apariencia
El ejemplo paradigmático en este caso son los plumajes extravagantes del pavo real, pero, según Buitrago, “hay otros animales como los peces, pájaros y camaleones que son muy coloridos, o las garzas como la tigre que tiene una coronita en la cabeza, o los mandriles que entre los mamíferos tienen unos matices muy bonitos en los rostros y en el cabello”.
Esto, además de estético, significa que el animal está bien, que no tiene parásitos en la piel, que a pesar de ser tan vistosos pudo eludir a los depredadores, lo que indica que es ágil... “Es un indicador indirecto de calidad genética”, añade el experto. También pasa con los humanos, por esto no es sorpresa que un cuerpo esbelto o fornido haga sentir atracción, porque esto indica salud.
Tonadas
“Las chicharras, los grillos, los monos aulladores y las ranas usan el canto como una estrategia de seducción muy potente. Hay animales que pueden pasar horas entonando y llamando a su hembra”, asegura Buitrago.
En unos casos, el canto ayuda a las especies a delimitar un territorio, si un macho canta muy potente, quiere decir que tiene mucha energía. Incluso el tono puede indicar que es más grande.
Regalos
Luis Kamil cuenta que los presentes nupciales también son muy comunes. El ave de emparrado macho, por ejemplo, trabaja sin descanso acumulando los objetos más vistosos y llamativos a la entrada del nido.
“Hay otras ofrendas de popó”, narra Luis Kamil, “por ejemplo las hebras escarabajos peloteros ponen su huevos dentro de las bolas de excremento, entonces los machos hacen unas bolas grandes a las hembras, lo que de alguna manera aliviana su carga de inversión en energía”.
Feromonas
Entre las especies con un olfato muy sensible a las feromonas están las polillas. “A través de las antenas, pues las polillas tienen sentido químico allí, pueden sentir, a kilómetros, el aroma de una hembra. Ahí sí podríamos hablar de amor a primer olor”.
Si las feromona funcionan o no en los humanos es controversial, al parecer a nivel psicológico sí funcionan pero no se ha probado: “Se sabe que muchos animales tienen un órgano llamado vómeronasal que les permite saber si la hembra está receptiva o está ovulando, y aunque los humanos también lo tengamos no se ha probado una sustancia que sea capaz de activarlo”.
Confrontación física
Cuando nada más funciona, ni el olor ni la apariencia ni los regalos ni el canto, a veces hay que luchar. “La confrontación cuerpo a cuerpo es muy común y con lo que sea. Los peces, si no tienen patas, se muerden. Los leones marinos generan imágenes dramáticas, porque el pico de testosterona en la época reproductiva y de celo, altera su comportamiento. Las jirafas se dan cuellazos, y auque muchos hemos asociado su cuello con comer cosas de lo alto y no, ya se sabe que su cuello es para darse golpes durante sus rituales en función del cortejo”.
Maneras de amarse, muy a su estilo, como los escorpiones: los machos producen feromonas, atraen a las hembras y, cuando encuentran una, hacen un baile sujetándolas de las tenazas o de la cola. El apareamiento puede demorarse entre una hora y un día, y luego cada uno seguirá su camino, pero si el macho permanece, se puede convertir en su cena. Morir por amor .