Pico y Placa Medellín
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La Cuarta Revolución Industrial en Medellín es más un zumbido que un estallido social. Pareciera confinada en pixeles, en mundos virtuales, en otra dimensión, alejada de la realidad de sus calles. Y sin embargo palpita a través de la fibra óptica que irriga el valle o se contagia por el aire con conexiones wifi que crean nuevas realidades.
Encerrado en su casa durante la pandemia, Manuel Cortés, en ese entonces quinceañero, se dio cuenta de que podía programar su propio videojuego en la plataforma Roblox. Era muy aficionado a Euro Truck Simulator, un videojuego de conducción de camiones. Apunta de tutoriales de Youtube, por su propia cuenta, creó una primera versión de un videojuego que llamó Trucking Empire, con camiones que recorren paisajes colombianos.
Muchos jóvenes empiezan a entender que pueden conectarse a una revolución que de forma silenciosa les promete salvarles la vida. Medellín es hoy reconocida internacionalmente por su capacidad creativa y por ser un nodo latinoamericano de las industrias digitales del siglo XXI.
Un escenario en el que se palpa el pulso de esta nueva realidad tuvo lugar el fin de semana pasado –del viernes 3 al domingo 5 de febrero–, en el coliseo de la Universidad Pontificia Bolivariana, en una nueva edición del Global Game Jam (GGJ), un encuentro de desarrolladores de videojuegos que se lleva a cabo cada año desde 2009 en simultáneo en más de un centenar de lugares en los cinco continentes.
Este artículo hace parte del especial sobre gamers de ParcheTek.