El interiorismo es una de las disciplinas que más transformaciones ha tenido a causa de los cambios generacionales. Ejemplo de esto es como, hasta hace poco tiempo, tenían relevancia estilos de diseño caracterizados por tener piezas de arte llamativas, colores excéntricos, la combinación de diferentes texturas, elementos decorativos y formas, como se puede ver en el estilo maximalista; o estilos atemporales como el industrial, cuyo origen se remonta a la Nueva York de los años 50 y que, según Angélica Peláez, arquitecta de 3 Diseño: “Hace aproximadamente dos años no es tendencia”, debido, principalmente, a que los materiales que utiliza han perdido influencia en el mercado. Como lo señala Susana Acosta, diseñadora de interiores: “Se estaba usando demasiado cemento, y la madera y el vidrio estuvieron un tiempo marcando la tendencia. Entonces, cuando se abusa del uso de esos materiales, se convierte a los espacios en algo que va quedando atrás con el paso del tiempo”.
En cambio, el tipo de ambientes que resultan más llamativos por estos días son aquellos que se destacan por ser espacios minimalistas, sobrios, abiertos, multifuncionales, que permitan desarrollar actividades laborales y de ocio sin tener que cambiar entre habitaciones, mientras se mantiene una conexión con la naturaleza. “En este momento el hombre está en una búsqueda de conectar con lo natural, de alimentarse más sano y volver a la tierra”, expresa Peláez.
• Japandi: un híbrido entre armonía y calidez: El amor hacia lo vivo, también conocido como biofilia, habla sobre la unión entre la naturaleza y el hombre. “Comenzó hace más de 150 años, cuando arquitectos y diseñadores daneses viajaron a Japón en busca de nuevas fuentes de inspiración”, explica Angélica Peláez. Esta mezcla de estéticas se caracteriza por la predominancia de tonos beige y colores tierra, usando materiales como fibras naturales y plantas, creando así espacios tranquilos y encantadores.
• Estilo nórdico: comodidad y naturalidad: Este estilo también recibe el nombre de escandinavo. Es reconocido por tener espacios luminosos y acogedores, utilizando tonalidades neutras como el blanco, junto con otros tonos crudos como amaderados y grises para generar contraste. Recurre, principalmente, a materiales naturales como piedra, cerámica, parqué, lino y algodón, estos dos últimos se ven en su mobiliario que se caracteriza por tener diseños geométricos en elementos como alfombras.
• Wabi-sabi: la filosofía de la imperfección: Como lo indica Susana Acosta: “También trae lo natural a los espacios. Involucra la naturaleza viva dentro de ellos. Es una tendencia japonesa que juega mucho con tonos naturales y con la esencia de los materiales que vienen desde la tierra. Integra también espacios donde se ven las plantas o cierto tipo de naturalidad”. Además de alejarse de colores brillantes, se opone a la simetría y admite el paso del tiempo en sus materiales y decoraciones, permitiendo que estén oxidados o agrietados.
• Minimalismo: donde nace todo: Se basa en el uso de pocos elementos que, con su sencillez, pueden crear un espacio elegante y cómodo, estructurado sobre figuras y líneas geométricas. Aquí prima la funcionalidad sobre la estética. La presencia de cada pequeño elemento tiene una justificación dentro del espacio abierto y lumínico que propone, centrado en colores neutros y con tendencias hacia lo monocromático.
• Estilo ecléctico: el arte de unir: Utiliza la combinación de elementos de diferentes épocas y estilos, creando un ambiente estético pese a que sus componentes no tengan nada en común, permitiendo colocar una amplia gama de objetos como cuadros, reliquias familiares, souvenirs, entre otros. Los colores neutros se ven mayormente en las paredes, mientras que el colorido lo ponen el mobiliario y la decoración con diferentes materiales y texturas. Lo que propone la corriente ecléctica es que cada quién decide qué incluir en los espacios que desea decorar.
No existe un estilo determinado, por esto el interiorismo cuenta con diferentes estilos que se pueden mezclar y crear así un equilibrio entre el estilo de vida y su habitáculo. Adicionalmente, como afirma Peláez, los materiales que se escogen son determinantes en este aspecto.