Para Juan Sebastián Acosta Zapata, psicólogo, aspirante a magíster en psicología clínica de la Universidad de San Buenaventura, y coordinador de Rituales Significativos de la Funeraria San Vicente, lo primero es reconocer que no hay una sola formula, ni un solo camino, porque cada persona y cada vinculo es singular, aunque hay algunas generalidades que se pueden destacar.
“El psicólogo William Worden, en su libro el Tratamiento del Duelo, sugiere estar atento a la realización de cuatro tareas fundamentales para elaborar positivamente un duelo: aceptar la realidad de la pérdida, expresar y trabajar las emociones asociadas a la pérdida, adaptarse a un mundo en el que el fallecido ya no está, y recolocar emocionalmente al fallecido y seguir viviendo”.
En su concepto, para cumplir con estas tareas la presencia del otro es fundamental, además de reconocer que, de ser necesario, la intervención profesional es primordial.
Por su parte, la American Psychological Association, sugiere hablar sobre la muerte de su ser querido, para comprender lo que pasó; aceptar sus sentimientos, la rabia, la tristeza, la frustración, entre otros; cuidarse, no dejar de comer o de dormir, por ejemplo; rememorar y celebrar la vida del ser querido, recordarlo en sus momentos felices, con fotos o sembrando un jardín o plantando un árbol en su nombre, por ejemplo.
