No quedan dudas de que la luz artificial afecta muchas especies animales en áreas urbanas, pero, ¿y el ruido? También.
Se han documentado algunos casos a los que se les suma uno nuevo: el pinche (Zonotrichia capensis) es afectado por el ruido.
Eso sugiere un estudio realizado en Bogotá, publicado en Royal Society Open Science, a cargo de Adriana Dorado, Manuel Rodríguez y Henry Brumm, del Instituto Max Planck para la Ornitología y la Fundación Chimbilako.
Encontraron que esos pájaros han modificado sus costumbres: hoy cantan más temprano, antes de que el ruido por el tráfico vehicular dificulte su comunicación.
Los investigadores recogieron información en 33 sitios en parques y zonas verdes rodeadas por edificios, en los meses de mayo-junio y noviembre-diciembre de 2013, escogidos por similares condiciones en lluvia y temperatura, registrando el canto al amanecer, la contaminación lumínica y los niveles de ruido durante el día.
Resultado
Se encontró que en noviembre-diciembre comienzan a cantar en promedio 10 minutos antes por cada 5 decibelios de más ruido y solo 2,5 minutos en el otro periodo debido a una diferencia en el comienzo del canto: al final de año inician el canto más tarde.
Los científicos también querían saber si la luz artificial nocturna impactaba lo que se denomina coro del alba, determinando que el efecto es mínimo y sugiriendo que algunas aves tropicales son menos sensibles a la polución por la luz, tal vez por la poca diferencia en la duración del día y la noche con respecto a las latitudes más altas.
La mayoría de estudios sobre el tema se ha realizado en zonas templadas.
En aves, recordaron los autores, esa contaminación está asociada con frecuencia con cambios en ritmos biológicos, que pueden afectar el comportamiento reproductivo y el bienestar. Se sabe que el herrerillo común (Cyanistes caeruleus) expuesto a luz artificial en la noche pone los huevos antes que los que viven en zonas oscuras.
La contaminación por ruido también afecta distintas especies, conociéndose pájaros que en zonas ruidosas tienen menos descendencia o proveen menos alimentos a sus crías. Las aves son susceptibles al ruido porque muchas especies dependen de su canto para defender territorio y atraer pareja.
Adaptación
A mayor ruido más esfuerzo deben hacer, por lo que han ido cambiando costumbres con un costo no precisado.
En algunas especies se ha identificado que cambian el tono y timbre del canto para sobreponerse al ruido, pero en Bogotá los pinches han evolucionado un comportamiento distinto: cantar hasta dos horas antes de que llegue el bullicio.
En algunos puntos, los más bullosos, los pájaros en noviembre-diciembre comenzaban a cantar 70 minutos más temprano que en los puntos más calmados y más tarde en relación con la salida del Sol que en mayo-junio, con una diferencia máxima de 40 minutos. En estos meses de mitad de año el ruido tiene un efecto más débil.
Así, pese al frío, los pájaros en Bogotá deben levantarse más temprano si es que quieren hacerse entender y conseguir pareja.
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minutos apenas varía la salida del Sol en Bogotá durante el año