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Diciembre creativo y con tradiciones

Al igual que el resto del año, esta Navidad será atípica, pero esto no quiere decir que las tradiciones y la unión familiar deben perderse. Ilustración sstock

13 de noviembre de 2020

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Esta Navidad será una oportunidad para regresar a la esencia, a las tradiciones y al verdadero significado de esta época.

La psicóloga Catalina Londoño Suárez, magíster en Terapia Familiar, explica que las tradiciones familiares contribuyen al desarrollo de los niños, pues a partir de ellas aprenden valores, fortalecen la identidad y su autoestima. La unión en estas nuevas condiciones y a través de estrategias distintas es vital y puede promoverse gracias a la creatividad y a la tecnología. “No se trata de dejar de hacer lo que hacíamos, sino de buscar maneras diferentes. Preguntarnos cómo crear esta Navidad desde nuestra nueva realidad”.

Por eso, su primera recomendación es propiciar un diálogo para que todos los miembros de la familia expresen cómo quisieran vivir la Navidad y generar acciones que les permitan disfrutarla. Carolina Echavarría Piedrahíta, psicóloga clínica y docente del CES, señala la importancia de considerar lo que estamos dejando de ver. “La invitación es a validar la emoción, sí, pero también a observar detrás de esto qué oportunidades hay, qué cosas buenas tengo, por qué estoy agradecido”.

Como no habrá tantas actividades al aire libre, aconseja en el caso de los niños, organizar actividades manuales: no comprar el árbol, sino hacerlo en familia o bien renovar los adornos en casa. Y Catalina Londoño Suárez propone, para rescatar la tradición de la natilla y los buñuelos, se puede enviar paquetes a domicilio con las instrucciones y los ingredientes; ponerse una cita y compartir juntos un momento virtual, con abuelos, tíos y primos.

Más ideas

Otra alternativa que plantea la psicóloga Catalina Londoño Suárez es que los niños hagan su carta al Niño Dios con una consciencia diferente. Hay familias que tienen la tradición de que los más pequeños pidan “algo que necesiten, algo para ponerse, algo que puedan desear y algo para leer. Yo agrego, algo para regalar. Aunque ya no estarán los 80 integrantes juntos, se puede hacer una donación con el dinero que gastarían en una fiesta, dirigida a personas que lo necesiten. No nos veremos, pero ayudaremos a otros. Hacer un cambio de chip y así sentiremos que esto nos ha servidopara transformarnos”.

La virtualidad, añade Daniela Vargas Mesa, licenciada en Educación Preescolar y docente de la Facultad de Educación y Humanidades, se convirtió en aliada y la Navidad será un momento para seguirnos conectando a través de la tecnología. Tradicionalmente, para las novenas, la familia o los vecinos rotaban sus casas para reunirse. “La invitación es a hacer un cronograma y asignar un día para la novena virtual. La familia encargada puede motivar a utilizar gorros o suéteres, hacer concursos de quién fabrica las maracas más creativas o quién usará el traje más original”.

Además, en hogares con niños, sugiere una búsqueda del tesoro, con pistas. Y un amigo secreto que se desarrolle virtual y por medio de domicilios tendrá un componente lúdico.

Se trata de usar actos simbólicos para demostrar el cariño. No se compartirán tantos momentos presenciales, pero las emociones estarán ahí. Como asegura la psicóloga Londoño Suárez, “¡qué más que estamos vivos! Que volvimos a lo simple, a lo sencillo. Ahora, muchos dicen: no necesitábamos tanto, sino estar bien”.