Hay tantas posibilidades de sufrir una insuficiencia cardiaca como medicamentos que podrían provocarla. De ahí la importancia de tener en cuenta algunos de los fármacos que ponen en riesgo su corazón, las contraindicaciones que tienen otros y sobre todo nunca automedicarse.
Entre las enfermedades más comunes en el músculo vital está la isquemia miocárdica, en la que se reduce la capacidad del corazón para bombear sangre y puede derivar en un ataque fulminante, dolores agudos en el pecho, e incluso, derrames cerebrales. La segunda es la hipertensión. El buen manejo de ambas, el permanente chequeo médico y el uso correcto de medicamentos son determinantes para el bienestar de los pacientes que las padecen.
Según Carlos Eusse, médico cardiólogo de la Clínica Cardio VID, para tratar la hipertensión, “se pueden suministrar betabloqueadores, medicamentos que disminuyen la contracción del corazón, el consumo de oxígeno y la frecuencia cardíaca, mejorando el control de la presión arterial y el flujo sanguíneo”. Sin embargo, es importante tener cuidado con algunos porque en pacientes como mujeres embarazadas pueden provocar lesiones en el feto o incluso su muerte.
Algunos fármacos útiles para aliviar diferentes patologías, tienen efectos colaterales en el corazón. Para el médico cardiólogo, Camilo Andrés Gómez, algunos medicamentos autoformulados terminan cumpliendo el adagio: “es peor el remedio que la enfermedad”.
“Algunos pueden tener efectos tóxicos directos sobre el corazón, teniendo consecuencias sobre la presión arterial u ocasionando arritmias y otras situaciones que derivan en problemas cardíacos”, afirma.