Cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo, dice la Organización Mundial de la Salud. En Colombia, según los datos recogidos por el Dane en 2021, fueron 2.595 casos: unos siete suicidios al día. Esa entidad explica que en los últimos diez años han aumentado en 44 %. Los intentos son más frecuentes aún.
Los datos del Sistema de Vigilancia en Salud Pública muestran que cada 20 minutos hay uno. Los números no mejoran. Hasta marzo de este año iban 482 suicidios, según Medicina Legal.
El suicidio es una de las principales causas de muerte entre los jóvenes, aunque afecta a cualquiera: no importa el país, el contexto, la edad, el dinero. Entre el suicidio y los trastornos mentales hay un vínculo documentado, aunque muchos se dan impulsivamente ante situaciones de crisis.
La salud mental del mundo está en riesgo, y en aumento. Los trastornos de salud mental incluyen varias afecciones, y se refieren a los que afectan el ánimo, el pensamiento y el comportamiento. Muchas personas, explica la Clínica Mayo, pueden tener un problema de salud mental en algún momento, pero es ya una enfermedad cuando los signos y los síntomas son permanentes y es difícil vivir de esa manera: levantarse de la cama, ese acto tan simple y cotidiano, puede ser tan difícil como tratar de alzar un carro.
Los dos principales trastornos que afectan el mundo son la depresión y la ansiedad, que aumentaron entre un 25 % y 28 % en el primer año del covid-19, “sumándose a los casi 1000 millones de personas que ya sufren algún trastorno mental”, de acuerdo con la OMS en su Informe Mundial sobre Salud Mental, actualizado en junio de 2022.
No hay que ir muy lejos. El psicólogo Juan Vásquez señala que tras la pandemia se triplicaron las consultas, en su mayoría por ansiedad.
“Yo le digo a mis colegas que tener un consultorio ahora es como tener un negocio de empanadas en un derrumbe”. Hoy no es fácil conseguir una cita con un especialista de salud mental: las agendas están llenas.
Piénselo así: de ocho amigos que tenga, uno tendría un trastorno de salud mental. Eso suma 970 millones de personas en el mundo, dos veces la población de Suramérica. Eso tiene implicaciones sociales y económicas. Aunque la esquizofrenia es el trastorno mental más costoso, como la depresión y la ansiedad son más frecuentes, su carga es mayor.
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Eso contribuye a un problema general: están desatendidos, son muy costosos para los sistemas de salud, pero también falta investigación, servicios, estudios. Incluso pasa por un hecho más sencillo, que ha ganado terreno, pero no suficiente: dejar de ver mal a alguien que tiene depresión o ansiedad o cualquier trastorno metal: no es drama.
Es una enfermedad que debe ser atendida igual que cuando alguien se rompe una pierna. ¿O a usted le da pena tener gripa? Faltan muchas más conversaciones, y más empatía. Le puede pasar a usted, y puede morir por ello: la OMS informó que el 14,3 % de las muertes que ocurren en el mundo anualmente, aproximadamente ocho millones de vidas, son atribuibles a desórdenes mentales entre los que destaca la depresión.
Como si murieran todos los que viven en Bogotá y solo quedaran un poco menos de 900.000 personas. En Colombia, según el Ministerio de Salud y Protección Social, la depresión es la segunda causa de carga de enfermedad por la discapacidad que trae y aproximadamente el 5 % de la población adulta tiene síntomas de depresión y de conducta suicida.
El desafío es gigante y es hora de preocuparse, pero también de hacer: conversar más estos temas, tratar de entenderlos, ser empáticos, acompañar, cuidar la propia salud mental, ponerles límites a las redes sociales y al mundo que va tan rápido. Hay mucho por hacer. La intención de este especial es poner el tema en la mesa, que lo hablemos, que reflexionemos. Es, por supuesto, apenas el inicio, porque es largo, amplio, complejo y mundial.
¿Qué es la ansiedad?
Los trastornos de ansiedad se caracterizan por un miedo y una preocupación excesivos, tanto que pueden generar una discapacidad funcional importante en el desarrollo de actividades cotidianas, explica la OMS.
Los más comunes son trastorno de ansiedad generalizada (una preocupación excesiva), trastorno de pánico (se caracteriza por ataques de pánico), trastorno de ansiedad social (miedo y preocupación en situaciones sociales), trastorno de ansiedad de separación (miedo a separarse de quienes se quiere).
La ansiedad no es en sí misma mala, porque se necesita para sobrevivir: alerta que hay un peligro. Y está bien tener respuestas físicas y emocionales si hay situaciones difíciles.
Es normal sentirse ansioso porque va a una entrevista de trabajo, por ejemplo. El tema es cuando su intensidad física y mental es incapacitante, y ahí es cuando se habla de trastornos de ansiedad. Es decir, la forma de reaccionar es incontrolable o incluso hay un ataque de pánico ante situaciones a las que se les exagera su peligro real.