Para los aviadores y las compañías de vuelo el pronóstico meteorológico sigue siendo fundamental. A pesar de haber avances en tecnología, aún es difícil hacer estos cálculos y es un problema esencial para la gestión de vuelos.
La Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) ha participado en un proyecto europeo de investigación, denominado TBO-Met, cuyo objetivo ha sido desarrollar un algoritmo que se aplica a la trayectoria de la aeronave –conocido como el plan de vuelo– y que tiene en cuenta las incertidumbres del pronóstico del tiempo.
Este avance permitirá incrementar la capacidad del sistema, es decir, el número de aviones que pueden volar en un fragmento de espacio y tiempo.
Se estima que aproximadamente entre el 20 % y el 30 % de los retrasos en Europa están relacionados con el clima y la incertidumbre meteorológica. A través del algoritmo se logra entender, caracterizar y reducir esta incertidumbre.
Incidencia del clima
El sistema estudia estos fenómenos de difícil predicción, como el granizo, la formación de hielo severo y los rayos, que pueden infligir daños considerables a las aeronaves.
“El impacto de la meteorología y la incertidumbre asociada en la aviación es muy alto. Se estima que aproximadamente entre el 20 % y el 30 % de los retrasos en Europa están relacionados con el clima, con unas pérdidas estimadas en unos 228 millones de dólares al año”, explica el profesor de Bioingeniería e Ingeniería Aeroespacial de la UC3M, Manuel Soler Arnedo.
De hecho, agrega, “solo en 2017 se estimaron pérdidas de 245 millones de dólares por los 2,1 millones de minutos de retraso atribuidos a las inclemencias meteorológicas”.
Para ello, se ha enfocado en dos problemas principales: el análisis de la demanda del sector en cuanto al número de aviones que deben estar operativos y la planificación de trayectorias teniendo en cuenta las incertidumbres del pronóstico del tiempo y la actividad de las tormentas.