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¿Por qué alguien insatisfecho con su trabajo debería animarse a probar un bootcamp?

Es usual que en las empresas, mientras algunos empleados acumulan años y adquieren responsabilidades económicas se vean presos de un trabajo que los asfixia, pero al que no pueden renunciar porque no tienen otras habilidades o no se imaginan haciendo nada distinto. Para ellos se crearon los bootcamps: una inversión a corto plazo que puede reorientar, en menos de un año, una vida profesional.

  • Cristian Moreno es desarrollador de software, mentor en Make it Real y, organizador de la comunidad “tech” Medellín JS. FOTO MAKE IT REAL.
    Cristian Moreno es desarrollador de software, mentor en Make it Real y, organizador de la comunidad “tech” Medellín JS. FOTO MAKE IT REAL.
13 de mayo de 2022
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Los bootcamps consisten en invertir algunos meses de forma intensiva estudiando algún aspecto de la programación o el desarrollo de software. “Echando código”, como se dice popularmente. Su nombre proviene de la clásica idea de los campamentos de entrenamiento militar. Y para los términos de la cuarta revolución digital, un bootcamp no es otra cosa que una formación intensiva en lenguajes de programación, con la promesa de que en pocos meses se sale listo para ingresar al mundo laboral del ecosistema digital.

Cada día coge más fuerza en el mundo el trabajo frente a las pantallas, y no es gratuito, los procesos en las empresas demandan grandes contingentes de nuevos empleados que sepan moverse en el mundo de la tecnología, porque ella es la que conectará sus productos con el resto de la gente.

Make it Real es un bootcamp que forma desarrolladores Web y móviles con 7 años de trayectoria en Colombia y operaciones en Perú y México. Fundada por Germán Escobar, un emprendedor tecnológico apasionado por la educación. Al momento de fundar Make It Real tenía su empresa, Masiv, que cofundó. Junto a otros actores del ecosistema comenzaron a trabajar en la brecha de talento laboral en software que existe en la actualidad para acotarla cada vez más. El problema: las empresas de base tecnológica no encuentran el talento que necesitan.

Michael Sanabria es un pelado cucuteño de 24 años. Siempre le gustaron los videojuegos y había escuchado de la posibilidad de dedicarse al mundo de la programación, pero por cosas de la vida no tomó la decisión de hacerlo y, en cambio, se metió de ingeniero mecatrónico. Se graduó el año pasado y se dio con el muro predecible de no encontrar oportunidades con el enfoque de lo que había estudiado

Se acordó del bootcamp: “Tenía miedo de no recibir los resultados que esperaba. Si sí iría a conseguir un trabajo. No sabía qué pasaría. Empecé a buscar sobre bootcamps para inscribirme y me topé con Make it. Escuché los testimonios de la gente y las empresas, y me animé a entrar”.

Para entrar a Make it Real hace falta ser mayor de 18 años, tener conocimientos previos de programación: personas que tengan la lógica de programación, que hayan tenido un acercamiento así sea en otros lenguajes y hace muchos años y, claro, disponibilidad para el bootcamp que escojan.

Una vez adentro se llevó la grata sorpresa del “acompañamiento tan impresionante que te hacen. No solo eso, también las habilidades blandas que te pulen”, y recalcó también que “el ritmo del bootcamp es pesado, la verdad, pero cada clase me gustaba porque todo era aplicable”.

Mientras cursaba el campamento fue ubicando sus expectativas: “Yo era escéptico con poder entrar a Globant (empresa de tecnología). Era un sueño, yo la veía como un objetivo muy grande, pero en el bootcamp me dijeron que le metiera la ficha. Seguí todos los consejos que me dieron, gracias a Dios, y ahora estoy contentísimo”.

En el ecosistema digital, donde hay posibilidades de crecimiento para donde se mire, Michael ahora trabaja como Desarrollador Web Front End.

José Carlos Díaz tiene 30 años de edad y nació en Montería. Vino a estudiar el pregrado en Ingeniería Civil a Medellín, en la Universidad Nacional, y le gustó tanto que se quedó a vivir acá hace casi 14 años. Empezó a trabajar en empresas de ingeniería y se especializó en el área de “Aguas” y la ciencia de datos, haciendo estudios climáticos, hidrológicos e hidráulicos. Trabajó en esos temas por 9 años.

Siempre ha tenido gusto por la programación y el pensamiento práctico: “Noté que cada año que pasaba disfrutaba más programar que mi trabajo rutinario. Con la llegada de la pandemia, la empresa donde laboraba muy a regañadientes nos puso en teletrabajo y ahí pude experimentar que el aprendizaje y mi trabajo se podía hacer remoto perfectamente, incluso mejor que antes, por lo que aprovechaba los entre tiempos para profundizar en la programación y en mejorar mis habilidades”.

Llegó el punto en donde quería volver su hobby una profesión, pero se sentía abrumado por la falta de conocimiento práctico en equipos de desarrollo. No lo sabía, pero estaba en el “monte de la ignorancia cuando uno cree dominar o saber algo, pero es más una imagen mental que otra cosa”.

Entendió que necesitaba una experiencia inmersiva donde invirtiera todo su tiempo, y en ese caso debía renunciar a su trabajo, entrar a un programa de tiempo completo y mantenerse con sus ahorros. Entró a Make it Real, porque vio que tres amigos habían conseguido trabajo y habían hecho ese salto con mucho éxito. Dos, curiosamente egresados del programa “TOP” y otro había sido incluso mentor del programa.

Los llamó y escribió a ellos y a muchas personas buscando referencias, evaluó con su pareja y familia, y de todos los programas “en definitiva el “TOP” era para mí. Me presenté y pasé su proceso de selección muy detallado y siempre transparente”.

“La experiencia me cambió la vida. Empecé con mucho miedo. Miedo de perder mis ahorros y mi tiempo, aceptar mi ignorancia, de no poder conseguir trabajo, de fracasar. Con el tiempo en esas 12 semanas, el apoyo de mi familia y mi pareja, y el excelente seguimiento de mi mentor, Cristian Moreno, a quien no me canso de agradecer, y todo el equipo de M.I.R, gané sólidos conocimientos prácticos, habilidades blandas y cambié el rumbo de mi vida para siempre”.

Consiguió varias ofertas, algunas en otros países, aprovechando su nivel de inglés, y pasó de estar en incertidumbre a tener el privilegio de escoger su futuro empleo. “Un proceso en que me acompaño Pía Giudice y Cristian”.

José piensa que “siempre hay cosas por mejorar. En el caso del programa TOP, me hubiese encantado conocer todos los mentores y estudiantes, conocer de sus experiencias en otros espacios, pero físicos, muchos viven en Medellín y solo les conozco la voz y su foto de Zoom”.

Pía Giudice es la jefe de operaciones de Make it Real. Sabe que las posibilidades de crecimiento de los “makers” van en ellos. Que Make it Real puede formarlos para alcanzar un nivel de lo que las empresas llaman “junior”, y así mismo dice que “las empresas tienen que tener un cambio de mindset de que no siempre se forman seniors”.

La gente, los jóvenes que están estudiando, o los trabajadores que ya tienen un empleo y una familia por la que responder, entenderán que los bootcamps son una posibilidad para reorientar una vida profesional en pos de vivir en la abundancia de oportunidades laborales que entrega la cuarta revolución digital.

Eso por un lado. Además los empleos son, muchas veces, remotos. Eso quiere decir que las empresas de tecnología aprendieron de la pandemia que no hay que moverse de un escritorio para otro para hacer bien un trabajo. Que las labores en una empresa pueden adaptarse a las comodidades de sus trabajadores.

El empleo que busca está a un clic

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