Galerias | PUBLICADO EL 19 junio 2025

Parque Biblioteca Santo Domingo Savio (antes Biblioteca España), un símbolo de resiliencia

En el año 2006, la Alcadía de Medellín, bajo el liderazgo de Sergio Fajardo, se propuso la construcción de la Biblioteca España en el sector Santo Domingo Savio. Un megaproyecto que se levantaría en un territorio complejo socialmente, con la meta de convertirse en un refugio para toda la comunidad.
Ladrillo a ladrillo, la estructura de tres piedras empezó a resaltar en la cumbre de la montaña. Y durante siete años esta obra se convirtió en un símbolo de resilencia y paz en el nororiente de la ciudad. Sin embargo, como consecuencia de una construcción deficiente, sumada a la falta de recursos para su mantenimiento, la biblioteca cerró por fallas estructurales. Actualmente, veedores ciudadanos, autoridades locales y la Contraloría General de la República trabajan en su recuperación, pronta a culminarse.

Por un valor inicial de más de $15.000 millones, la construcción de la Biblioteca España inició en el año 2006 como parte del Plan Municipal de Parques Bibliotecas. Su nombre se debe al apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo; y su labor social y diseño arquitectónico (realizado por el colombiano Giancarlo Mazzanti), fueron merecedoras de reconocimientos locales e internacionales. En la foto, la estructura en construcción del proyecto inicial de la biblioteca.
Antes de iniciar su construcción, los líderes del proyecto gestionaron el espacio con quienes habitaban los 10.235 m2 del terreno, una negociación en la que el ciudadano Adolfo Taborda, conocido como “Olafo”, representó los intereses de la comunidad. Taborda, posteriormente, hizo parte de la Junta de Acción Comunal y la Corporación Con-vivamos, con interés en la promoción del desarrollo local, los derechos humanos y el fortalecimiento del tejido comunitario. En la foto, Adolfo Taborda en la sede de la Junta de Acción Comunal, ubicada al frente de la biblioteca.
Los retrasos en la obra llegaron debido a la falta de acuerdos entre la comunidad y los contratistas del proyecto, lo que se tradujo en el aplazamiento de su fecha de entrega. Sin embargo, la visita de los reyes de España para conocer el proyecto generó presiones de toda índole, lo que llevó a su construcción acelerada, en medio de condiciones climáticas desfavorables. Esto dio como resultado una infraestructura deficiente. En la foto, la inauguración de la biblioteca el 24 de marzo de 2007, en presencia de los reyes de España.
Un año después de su inauguración empezó el declive de la infraestructura. Las piedras que daban forma a su fachada comenzaron a desmoronarse. Su deterioro se consumó en siete años: los techos y espacios se caían a pedazos, mientras la comunidad hacía uso de sus salas de cómputo, colecciones de libros, espacios de lectura, estudios, salones y talleres. En 2015 cerró, definitivamente, por fallas estructurales. En las fotos, las paredes deterioradas y el escenario clausurado.
Con las puertas cerradas y una barrera que sellaba cualquier entrada, Adolfo comenzó a ejercer veeduría ciudadana, respaldada eventualmente por la JAC y la Corporación Con-vivamos. Conocer por experiencia propia los beneficios de la obra lo motivó a llamar la atención de las administraciones municipales, que atribuían toda responsabilidad a las empresas constructoras. En la foto, pinturas elaboradas en 2016 por niños que frecuentaban la biblioteca antes de su cierre.
Después de años de denuncias, llamadas, actividades de reconocimiento y comisiones accidentales, en el año 2020, el Contralor General de la Nación, Carlos Felipe Córdoba, visitó la biblioteca, que para ese entonces ya tenía todas la características para considerarse una de las obras inconclusas más grandes de Medellín. Se abrieron investigaciones y se emprendieron acciones para su restauración, con una inversión de $60.000 millones, cuatro veces más de lo que costaba la obra inicial. En la foto, inicio de la reconstrucción en el año 2022.
Adolfo destaca que el proceso con la Contraloría General de Nación impulsó la recuperación de la obra a través de mesas de diálogo con la administración municipal, la comunidad y las entidades implicadas, además lo formó como veedor ciudadano para ejercer su rol con mejores herramientas. En la foto, Adolfo Taborda en el II Encuentro Nacional de Veedores y Actores Sociales en Bogotá, 2024.
La obra, que ahora se conoce como Parque Biblioteca Santo Domingo Savio, tiene un 98% de avances físicos y 97% financieros. Adolfo Taborda afirma que, incluso una vez terminada, aún quedará el reto de integrarla al territorio mediante acciones de apropiación social, memoria y garantías de sostenimiento. En la foto, las obras, a la fecha, del Parque Biblioteca Santo Domingo.
Adolfo está seguro que la apertura de la biblioteca transformará positivamente el sector. La obra beneficiará a 133.000 habitantes de la Comuna 1, con acceso a tecnología, espacios para la lectura y el aprendizaje, fomento del turismo, apropiación de la cultura y del territorio, además de la reactivación económica de la zona. En las fotos, la comunidad interactuando con los alrededores de la obra.
Tras 20 años de participar en la ejecución de la obra -desde su planeación-, Taborda afirma que, aunque el proceso ha sido difícil, la comunidad tiene grandes expectativas: “Vemos que hay voluntad política porque nos han acompañado en los diferentes espacios. La comunidad ha luchado esta biblioteca, la ha tratado de conservar, la ha vigilado, la ama y la anhela”. En la foto, Adolfo Taborda desde la ventana de la Junta de Acción Comunal.

Por un valor inicial de más de $15.000 millones, la construcción de la Biblioteca España inició en el año 2006 como parte del Plan Municipal de Parques Bibliotecas. Su nombre se debe al apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo; y su labor social y diseño arquitectónico (realizado por el colombiano Giancarlo Mazzanti), fueron merecedoras de reconocimientos locales e internacionales. En la foto, la estructura en construcción del proyecto inicial de la biblioteca.
Antes de iniciar su construcción, los líderes del proyecto gestionaron el espacio con quienes habitaban los 10.235 m2 del terreno, una negociación en la que el ciudadano Adolfo Taborda, conocido como “Olafo”, representó los intereses de la comunidad. Taborda, posteriormente, hizo parte de la Junta de Acción Comunal y la Corporación Con-vivamos, con interés en la promoción del desarrollo local, los derechos humanos y el fortalecimiento del tejido comunitario. En la foto, Adolfo Taborda en la sede de la Junta de Acción Comunal, ubicada al frente de la biblioteca.
Los retrasos en la obra llegaron debido a la falta de acuerdos entre la comunidad y los contratistas del proyecto, lo que se tradujo en el aplazamiento de su fecha de entrega. Sin embargo, la visita de los reyes de España para conocer el proyecto generó presiones de toda índole, lo que llevó a su construcción acelerada, en medio de condiciones climáticas desfavorables. Esto dio como resultado una infraestructura deficiente. En la foto, la inauguración de la biblioteca el 24 de marzo de 2007, en presencia de los reyes de España.
Un año después de su inauguración empezó el declive de la infraestructura. Las piedras que daban forma a su fachada comenzaron a desmoronarse. Su deterioro se consumó en siete años: los techos y espacios se caían a pedazos, mientras la comunidad hacía uso de sus salas de cómputo, colecciones de libros, espacios de lectura, estudios, salones y talleres. En 2015 cerró, definitivamente, por fallas estructurales. En las fotos, las paredes deterioradas y el escenario clausurado.
Con las puertas cerradas y una barrera que sellaba cualquier entrada, Adolfo comenzó a ejercer veeduría ciudadana, respaldada eventualmente por la JAC y la Corporación Con-vivamos. Conocer por experiencia propia los beneficios de la obra lo motivó a llamar la atención de las administraciones municipales, que atribuían toda responsabilidad a las empresas constructoras. En la foto, pinturas elaboradas en 2016 por niños que frecuentaban la biblioteca antes de su cierre.
Después de años de denuncias, llamadas, actividades de reconocimiento y comisiones accidentales, en el año 2020, el Contralor General de la Nación, Carlos Felipe Córdoba, visitó la biblioteca, que para ese entonces ya tenía todas la características para considerarse una de las obras inconclusas más grandes de Medellín. Se abrieron investigaciones y se emprendieron acciones para su restauración, con una inversión de $60.000 millones, cuatro veces más de lo que costaba la obra inicial. En la foto, inicio de la reconstrucción en el año 2022.
Adolfo destaca que el proceso con la Contraloría General de Nación impulsó la recuperación de la obra a través de mesas de diálogo con la administración municipal, la comunidad y las entidades implicadas, además lo formó como veedor ciudadano para ejercer su rol con mejores herramientas. En la foto, Adolfo Taborda en el II Encuentro Nacional de Veedores y Actores Sociales en Bogotá, 2024.
La obra, que ahora se conoce como Parque Biblioteca Santo Domingo Savio, tiene un 98% de avances físicos y 97% financieros. Adolfo Taborda afirma que, incluso una vez terminada, aún quedará el reto de integrarla al territorio mediante acciones de apropiación social, memoria y garantías de sostenimiento. En la foto, las obras, a la fecha, del Parque Biblioteca Santo Domingo.
Adolfo está seguro que la apertura de la biblioteca transformará positivamente el sector. La obra beneficiará a 133.000 habitantes de la Comuna 1, con acceso a tecnología, espacios para la lectura y el aprendizaje, fomento del turismo, apropiación de la cultura y del territorio, además de la reactivación económica de la zona. En las fotos, la comunidad interactuando con los alrededores de la obra.
Tras 20 años de participar en la ejecución de la obra -desde su planeación-, Taborda afirma que, aunque el proceso ha sido difícil, la comunidad tiene grandes expectativas: “Vemos que hay voluntad política porque nos han acompañado en los diferentes espacios. La comunidad ha luchado esta biblioteca, la ha tratado de conservar, la ha vigilado, la ama y la anhela”. En la foto, Adolfo Taborda desde la ventana de la Junta de Acción Comunal.