Cuidar cada peso. Así podría traducirse el informe de 47 páginas que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entregará al gobierno colombiano el próximo 17 de febrero, en Bogotá. Las recomendaciones con horizonte al 2018 van desde un análisis del sistema tributario hasta un recuento exhaustivo de retos sociales.
En diálogo con EL COLOMBIANO, el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, aseguró que Colombia no puede aplazar más las reformas y los retos que le plantea el turbulento panorama mundial.
Para el colombiano, que cumple su segundo periodo en el BID, el talón de Aquiles del país es su bajo nivel de gestión fiscal. La propuesta que presentará incluye un escenario en que se sugiere que el impuesto a las ventas (IVA) tenga una tasa general de 18 %. Por ese estilo, el banco multilateral ofrece otras recomendaciones tributarias similares a las de la Comisión de Expertos en su informe al Ministerio de Hacienda.
Moreno habló también sobre reforma pensional, baja productividad de la economía y el proceso de paz.
¿Cuánto le va a prestar el Banco a Colombia este año?
“La cartera típica es de 1.000 millones de dólares al año con destino al sector público” (ver gráfico).
¿Cuáles son los puntos clave de la hoja de ruta que diseñó el BID para Colombia?
“Aunque las recomendaciones tocan muchos aspectos, nos enfocamos en tres principales: productividad, efectividad del gasto público y movilidad social (ver recuadros)”.
“Tenemos que separar los temas, es decir, la coyuntura económica de las estrategias de largo plazo. Sí, el panorama es complejo, pero Colombia necesita ser vista de cara a 15 años y no para los siguientes cuatro. Es necesaria una meta ambiciosa”.
¿Qué características debe tener esa meta?
“Colombia puede ser un país desarrollado, del sur de Europa, con un ingreso per cápita de 30 mil dólares en 20 años. Ahora, ¿cómo lograrlo?, pues aumentando la inversión pública”.
Pero eso ha intentado el Gobierno con las dos últimas reformas tributarias...
“Sí, pero esta vez supone un pacto fiscal que aumente los ingresos. Actualmente el Gobierno recoge el 15 % del producto interno bruto (PIB) en tributos nacionales y 3 % en territoriales. Esto tiene que subir hasta 20 % y 6 %, respectivamente. Ahí tendrán que entrar impuestos, desde IVA hasta prediales”.
Estos ajustes no son nada populares y no son fáciles...
“No será de la noche a la mañana. Calculamos que el proceso para que Colombia alcance estos ingresos fiscales tardará unos siete años”.
El escenario económico no es el mejor... ¿sería conveniente iniciar ese tipo de cambios?
“No hay duda que pasamos de tener un viento en las velas, producto del dólar barato, de las bajas tasas de interés, de los altos precios de las materias primas (petróleo, oro). Ahora tenemos vientos en contra. Por ejemplo, que continúe el aumento de tasas de la Reserva Federal (FED), que juega en contra de las economías latinoamericanas (salen capitales de inversión). Colombia no tiene más remedio que apretarse el cinturón, y esto incluye una reforma tributaria. No diré cuándo debe ni cómo, eso es trabajo del Gobierno. Pero es muy necesaria”.
¿Qué tan urgente es?
“En esta coyuntura, cualquier empresario o cualquier ser humano se apretaría el cinturón rápido para enfrentar los vientos en contra. Para Colombia es muy importante mantener su historia de seriedad macroeconómica. El país ha demostrado que es capaz de hacer rápido lo que a otros les toma mucho tiempo”.
En el debate tributario, ¿cuál es el impuesto más conflictivo de ajustar?
“Creo que hay que tocar todos los impuestos, unos que están desproporcionadamente altos, otros que no son efectivos. Lo que dijo la Comisión de Expertos Tributarios es claro. Al final del día, la mejor reforma tributaria es la que aprueba el Congreso. El concepto que nosotros le proponemos al Gobierno es ampliar la base tributaria”.
En sus recomendaciones hay un gran acento en quitar las exenciones tributarias...
“Es que esa es una dificultad que enfrentan todos los sistemas tributarios. Incluso esa misma discusión la tenemos en Estados Unidos. A lo largo de los años se crean perforaciones en las estructuras tributarias y eso no es sostenible. En este sentido, hay que aplicar lo que nos enseñó en Bogotá el profesor (Antanas) Mockus, esto es una pirinola: todos ponen”.
El pacto por la eficiencia que propone el BID, ¿implica que hay un desempeño deficiente desde el Gobierno?
“Si se hace un esfuerzo tributario como el que debe hacer Colombia, mal se haría si no mejora en eficiencia y calidad del gasto. Lo que recomendamos es aplicar modelos para vigilancia de la inversión. Debe haber rigurosidad del Gobierno”.
En materia de productividad, ¿qué tan mal está el país y cuál estrategia le propone?
“El país debe encontrar sus propias fuentes de crecimiento. En la productividad reside el gran problema. En los últimos 20 años no hubo avances. En su reemplazo, el país creó empleo, pero el 50 % de este es informal, lo que golpea directamente la productividad. Además, el déficit de inversión en innovación y desarrollo hace difícil cerrar brechas sociales”.
A Colombia le está costando mucho trabajo atraer inversión, ¿qué debe hacerse?
“Indiscutiblemente, gravar demasiado el patrimonio de las empresas genera un desestímulo, por ahí debe encaminarse el cambio. Pero a los colombianos nos encanta flagelarnos. Ahora, si miramos dónde está el país, comparado con la realidad de hace 20 años, es claro que hemos tenido avances”.
¿Cómo analiza el BID la
reforma pensional que
necesita Colombia?
“Esta es una discusión que tienen muchos países y que no es un tema agradable. O lo hacemos ahora que la edad promedio de los colombianos es 27 años o esperamos que suba a 35 y tengamos más viejos como yo que no trabajaremos y seremos una carga para el sistema”.
Pero, ¿qué debería hacerse?, ¿subir la edad de retiro?
“La discusión es mundial y en unos casos sí se estudia alargar la edad de retiro para hacer del sistema más sostenible. Esperar sería el típico comportamiento colombiano. Pero miremos lo que pasó en España, donde hubo que bajar las presiones. En Colombia, gran parte del gasto público se queda en la carga pensional. Esto hace que se pierda capacidad de inversión. Sin duda, es una asignatura pendiente en América Latina”.
El BID propone darle más acceso al crédito a las empresas en Colombia. Pero reportes del Emisor muestran que ya están muy endeudadas...
“Lo que proponemos es que fluyan más recursos hacia la pequeña y mediana empresa. Típicamente las mipymes fracasan porque no tienen acceso a capital y eso está demostrado. Todo lo que se haga para ampliar los beneficios y ampliar tiempos de pago, eso contribuye mucho más en el crecimiento económico que otro factor”.
Después de la visita del presidente Santos a Washington, ¿cómo ve el proceso de acuerdo con las Farc?
“No quiero especular, creo que lo importante es tener una paz política para sembrar una paz de verdad. Firmar un acuerdo no es el fin, es el principio”.
¿Cómo apoyará el BID el posconflicto?
“Al presidente Santos le puse como ejemplo lo que hicimos en Antioquia con Sergio Fajardo. Con un crédito de 50 millones de dólares mejoramos 3.000 kilómetros de vías rurales. En el municipio de San Carlos, alguien que se demoraba tres y cuatro horas en llegar a un pueblo cercano, ahora se demora una. Eso es equidad para el posconflicto. Hay que sincronizar las inversiones”.
¿Cómo se vinculará el BID a financiar las 4G?
“Apoyamos con créditos a largo plazo para que otros financiadores se unan y la inversión se multiplique. De tiempo atrás, trabajamos con la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) en la formulación y regulación de los proyectos, antes de que salieran las primeras licitaciones y ya financiamos a ganadores de algunas concesiones adjudicadas”.