Un escenario al aire libre, en medio árboles y con Medellín a las espaldas. Cuna de exponentes de rock local y nacional como Ekhymosis, Aterciopelados, Kraken, El Pez y Bajo Tierra. Eso sin contar que Altavoz, el festival más importante de rock de Antioquia se realizó allí durante una década, entre el año 2004 y el 2014.
EL COLOMBIANO lo recordó a través de imágenes de archivo y llegaron las expresiones de nostalgia de los ciudadanos a través de redes sociales.
Ubicado entre los bosques del Cerro Nutibara y con capacidad para 3.600 personas, fue inaugurado el 11 de agosto de 1984. Su nombre hace honor al compositor e intérprete medellinense Carlos Vieco. En 1989 fue reformado y durante 31 años sus puertas estuvieron abiertas al folclor, trovas, música clásica, poesía pero especialmente al rock antioqueño.
Llamado el Templo del Rock, donde los ídolos eran “mechudos” y los pogos se realizaban en una tribuna bajo las estrellas. El romanticismo de un mundo sin internet, cuando los artistas se daban a conocer por medio de escenarios y no videos en Youtube, haciendo del Carlos Vieco un lugar especial para ampliar el abanico musical.
Los recuerdos vuelven a la mente y el corazón cuando se piensa en el Carlos Vieco; más que un escenario donde se realizaban conciertos fue el lugar en donde creció más de una generación, donde muchos encontraron su primer amor, grandes amigos, y vivieron su juventud.
Los lectores de EL COLOMBIANO recuerdan con nostalgia #TiemposAquellos en el Teatro Carlos Vieco y lo que ha significado el para la ciudad, expectantes de que nuevamente vuelva a ser un templo para los artistas locales y las nuevas generaciones.