El sueño de tener “casa propia” para miles de familias en Medellín y Antioquia no solo depende de su capacidad económica, o por el contrario, de sus escasos recursos. En contraste con el auge de la construcción en la ciudad que incluye la vivienda, persiste el desbalance entre la oferta y la demanda de la Vivienda de Interés Prioritario en una urbe con un déficit de vivienda que ronda las 40 mil unidades nuevas y 44 mil dignas.
La llamada VIP es una de las grandes apuestas del Estado para favorecer a la población más pobre del país y vulnerables como los desplazados, damnificados de desastres o madres de cabeza de familia. Además, impulsa la construcción, la generación de empleo y en el caso de Medellín, ayuda a financiar el Plan de Desarrollo gracias a los millonarios aportes de cofinanciación por parte del Gobierno Nacional.
El panorama actual revela que la oferta de VIP se concentra en la vivienda institucional que construye el Municipio de Medellín como parte del programa de las 100 mil viviendas gratuitas del Gobierno.
Según las cifras actualizadas del Instituto Social de Vivienda y Hábitat de Medellín (Isvimed), a la fecha el resultado es de 2.971 viviendas construidas y otras 4.340 en proceso de edificación, de 7.311 unidades aprobadas para Medellín. En total, son 8.112 viviendas terminadas en Antioquia frente a la meta asignada de 15.299 para todas las regiones del departamento.
El panorama futuro que vislumbra para las VIP un experto como Diego Restrepo Isaza, gerente de Vivienda Segura, son los planes de renovación urbana aprobados por el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial de Medellín.
“El nuevo POT es de lineamiento de crecer hacia adentro y en ese sentido los macroproyectos como el del Río plantean la necesidad de generar nueva Vivienda de Interés Prioritario en estas zonas por recuperar”, explicó Restrepo.
Las VIP en estos casos son diferentes a los programas de mejoramientos barriales, donde se pretende resolver más el déficit cualitativo y no cuantitativo de las unidades habitacionales, por cuanto busca no generar nuevas viviendas, sino reponer las deficientes para habitar.
Según Restrepo, dentro de esos planes de renovación que incluye las VIP están el sector de Naranjal, el Corazón de Jesús y también en los planes parciales de El Chagualo y San Lorenzo, que deben combinar las construcciones VIP y VIS.
Y es que la realidad de Medellín es de un problema de disponibilidad de suelos. De acuerdo con el programa Medellín Cómo Vamos, la ciudad cuenta con 206 kilómetros cuadrados de suelos urbanos, 268 kilómetros rurales y tan solo 4,68 de expansión.
Un problema aparte de la oferta tiene que ver con la demanda de la vivienda, pues según el gremios de la construcción y las cajas de compensación, aún hay gran debilidad de la población más pobre para acceder a lineas de crédito por la ausencia de ahorro y dependencia mayor de los subsidios, lo que afecta los cierres financieros.
Clase media, con el mayor déficit
Otra realidad que observan personas del gremio constructor y expertos, es que a pesar de que la construcción de vivienda gratuita mueve el sector de la construcción junto a las obras de infraestructura, la ciudad aún tiene problema persistente por resolver que significa que el mayor déficit de vivienda se concentre entre los estratos 1, 2 y 3.
“Cerca del 77 por ciento de la población de Medellín (2.393.000 habitantes) se encuentra entre los estratos 2, 3 y 4, justo los que más vivienda necesitan, pero del tipo VIS”, según Diego Restrepo.
Este tipo de vivienda (VIS) es la que más se ofrece en Medellín y el Valle de Aburrá en proyectos hasta de 180 millones de pesos por unidad, lo que contribuye a la generación de empleo del sector constructor.
A corto y mediano plazo hay grandes expectativas para la construcción de vivienda en Medellín y Antioquia. Así lo proyectó el ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao Cardona al anunciar inversiones de 4,2 billones de pesos para la nueva ola de las 100 mil viviendas gratis, inversiones que van a jalonar las nuevas cien mil viviendas para clase media. “Además, inversiones por $2,4 billones dentro del programa Vivienda para Ahorradores (Vipa)”.
Frente a estas perspectivas positivas, los expertos concluyen que la construcción de vivienda VIS y VIP requiere fortalecer la alianza entre el Estado, los inversionistas (constructores) y los compradores.
