Los partidos políticos tradicionales ya venían en decadencia. Para no citar sino el partido Liberal, ya el doctor Carlos Lleras decía hace 50 años o más que la colectividad parecía un buey cansado, había perdido vigor, y el partido Conservador también, pero todavía eran partidos actuantes. Hoy, realmente, los partidos tradicionales, aquí como en toda Latinoamérica, están desdibujados.
Considero que [en el Congreso] sí hay más vicios en este momento, pero no son necesariamente culpa de la Constitución. Ese proceso ya venía y se agudizó. Y tiene que ver con la crisis en los partidos políticos, que es bastante fuerte.
Digamos que el Congreso ha abjurado de sus derechos. Una de sus funciones fundamentales es el ejercicio del control político, eso se volvió ajeno en el país.
Ojalá lleguemos a un consenso o, por lo menos, a un gran acuerdo, ese que necesitamos los demócratas para que no haya extremismos de uno u otro lado. Ya no se podrá hacer como se hizo el del Frente Nacional e inclusive con la Asamblea del 91, porque ya no hay jefaturas políticas y los partidos están diluidos. Un acuerdo en las circunstancias actuales, para que funcione tiene que ser sobre asuntos políticos, sobre el modelo económico nacional y las aspiraciones sociales.