Preocupa mucho lo que pasa con el manejo de los recursos públicos y el manejo del gobierno, desde el centro del país, y que por supuesto se refleja y se traslada a las regiones. Nunca había visto tanto clientelismo y corrupción para unas elecciones como las que se van a presentar.
Hay gente, hoy, que se cree por encima de la ley. Porque antes se veía a los bandidos haciendo cosas a escondidas, pero ahora van de frente y es la desvergüenza total.
El presidente debería ponerles orden a sus súbditos y el procurador debería vigilar qué es lo que pasa. Urgen diques para frenar esto.
En el caso del Congreso, cuando fui presidente, no teníamos esos problemas de transparencia. Ahora uno ve destinaciones millonarias para no estar contratando nada. Es una pena que los presidentes del Congreso del último año no se esforzaran por buscar buenas calificaciones en la materia, porque los congresistas debemos ser los primeros en dar ejemplo.
Pareciera que los congresistas ya no representamos a nadie, a veces ni a nosotros mismos. Aunque no tengo diputados ni concejales, porque no manejo esa estructura, es indudable que esta falta de transparencia y la desinstitucionalización se trasladarán a las elecciones del próximo 25 de octubre.
