x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

Un valor que inspira

Que el gol de James Rodríguez a Uruguay fuese declarado el mejor de 2014 es tan admirable como los valores humanos que cultiva el 10 de la Selección Colombia. Joven que motiva a otros jóvenes.

14 de enero de 2015
bookmark
Infográfico
Un valor que inspira

James Rodríguez, más allá de ser imagen de marcas publicitarias que lo eligen como su símbolo, representa hoy una vía de ejemplo deportivo de talento, disciplina y superación para cientos de miles de jóvenes del mundo, y muy en especial en Colombia, donde es el líder y conductor del medio campo de la selección de mayores.

Aquella emoción del sábado 28 de junio, en el minuto 28 del partido Colombia-Uruguay, con lo que la prensa llamó un “bombazo” contra el arco de Fernando Muslera, terminó convertida en el mejor gol de 2014, anotación galardonada con el trofeo Ferenc Puskás, estrella húngara y uno de los máximos goleadores mundialistas de todos los tiempos. Golazo de volea.

Hay un porcentaje mínimo de los ciudadanos que se molesta porque Rodríguez, el año pasado, y otra vez esta semana, se convirtió en la figura de portada de los grandes medios masivos: periódicos, revistas y noticieros de TV. Es posible que su imagen sature, pero no fue James el que intrigó para estar allí. Son sus méritos los que inevitablemente lo convierten tan a menudo en comidilla de la prensa mundial.

Y es más allá de las discusiones sobre la “mercantilización de los ídolos del deporte profesional y de masas”, que queremos situar la imagen y los logros del 10 de la Selección Colombia.

En el proceso de este muchacho no hay manchas: a los 16 años, siendo un niño, se fue a probar suerte en el Banfield de la primera división argentina. Salió figura y campeón con ese equipo en el medio futbolístico más exigente de Suramérica. Luego pasó al Porto, en Portugal, y al Mónaco, en la liga francesa, y siguió abriéndose campo y cosechando elogios. Otra vez, sin enmendaduras: un jugador limpio, con grandes virtudes técnicas, con los pies en la tierra, sin extravagancias, sin excesos. Hombre de hogar y familia: fiel a quienes lo ayudaron a crecer en lo humano y lo deportivo, y sin exceso de palabrerías. Humilde. Tranquilo. Un ejemplo de coraje y entrega en la cancha.

Brilló en el Mundial 2014 con luz propia. Les anotó a Grecia, a Costa de Marfil, a Japón, a Uruguay y a Brasil. Fue goleador del Mundial. Jugadores de la talla de David Luiz y de Dani Alves elogiaron su espíritu de competencia y la alegría y la estética que aportaba al juego. La prensa mundial agotó elogios frente a su juego y sus anotaciones.

Pasó al Real Madrid, el club de clubes de la élite del fútbol. Allí ha empezado a cosechar respeto y a construir un proceso al lado de otros 21 jugadores de máximo nivel. Estamos ante una estrella elevada por el brillo de sus ejecutorias y de su valía como ser humano.

Por qué privarnos de exaltar en él a un joven que inspira a otros jóvenes a ser disciplinados, a tener sueños, a tener metas, a superar limitaciones, a ser honestos y trabajadores, a amar su oficio y su país, a ser hombres de principios y familia. Ojalá Colombia cultive a muchas decenas de muchachos así: responsables, perseverantes, competentes, dignos, con ese sentido de superación y honradez que se transmite al conjunto de la sociedad y que nos llena de confianza en nosotros mismos.

Las oportunidades de comercialización y la idolatría que lo rondan, responden a todos los valores que encarnan James Rodríguez y otro grupo de deportistas que le regalan al país alegría, optimismo y buen nombre.

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD