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Trabajar en casa

Aunque no es factible para todos los oficios, este experimento social producido por la crisis, abre la posibilidad de evaluar el trabajo en casa como una oportunidad para su organización en el futuro.

  • ilustración Morphart
    ilustración Morphart
21 de marzo de 2020
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Para el diccionario de la Real Academia Española (RAE) el teletrabajo es el trabajo que se realiza desde un lugar por fuera de la empresa utilizando las redes de comunicación para cumplir con las cargas laborales asignadas. Esa forma de organización del trabajo nació en Silicon Valley, California, cuando los ingenieros y los programadores de Google y otras empresas trabajaban fuera de las instalaciones con una buena conexión a internet, un portátil y unos audífonos insonorizados.

En Colombia sobre todo la Ley 1221 de 2008 reglamenta en el ámbito laboral una relación entre trabajadores y empresarios que define, por ejemplo, las condiciones físicas en que se hace el teletrabajo para evitar problemas de riesgos laborales. Así como la forma de organizar las labores y definir las responsabilidades.

En sentido estricto, según el Ministerio de las Telecomunicaciones e Información (MinTic), en el país había en 2018 cerca de 13 mil empresas que funcionaban en la modalidad de teletrabajo (véase 2018, Estudio de penetración del teletrabajo en Colombia). En Bogotá 64 mil personas teletrabajaban, en Medellín 29 mil, Cali 13 mil, Bucaramanga y Barranquilla 4 mil en cada caso. Un crecimiento importante que hizo que entre 2012 y 2018 se multiplicara por cuatro el número de teletrabajadores en el país.

Todo eso es la historia que precede la realidad actual. La lucha contra la expansión del coronavirus ha mostrado necesaria otra dimensión del trabajo en remoto, en la medida en que los Gobiernos invitan a que los ciudadanos permanezcan en casa y trabajen desde allí. No es factible para todos los oficios y su alcance en ese sentido es limitado, pero indudablemente alivia y aporta, ya que es una medida muy efectiva para disminuir las aglomeraciones de personas, algo esencial en este momento.

Por eso, las empresas, dada la difícil situación y para cuidar a sus empleados, rápidamente han tenido que esforzarse y permitir estos espacios saludables en casa con los que se logran otros atributos: cuando menos trabajadores se tienen que desplazar a sus sitios de trabajo se descongestionan los medios de transporte, se reduce la contaminación y los tiempos de desplazamiento. Además, si las empresas cambian su cultura de hacer concurrir a sus trabajadores para supervisar su labor, por una de planear resultados por indicadores, pueden disminuir sus costos e incrementar su productividad.

Ahora bien, la explosiva expansión del coronavirus está poniendo mucha presión sobre esa forma de trabajar y esto hace que muestre sus límites. Con anterioridad, se había desarrollado tecnología para facilitar el teletrabajo como la aplicación de mensajería Slack y la de videoconferencias Zoom. Todos esos instrumentos están hoy a prueba por la masiva llegada de trabajadores, pero hasta el momento han demostrado su efectividad a la hora de lograr conexiones digitales en el mundo real.

Eso sí existen retos que se deben superar si se quiere que el trabajo en casa se use cada vez más y se aprovechen sus virtudes. Esencial mejorar la velocidad, la capacidad de internet y los instrumentos tecnológicos como las plataformas para garantizar la seguridad y la confiabilidad de la conexión.

También está el bienestar de los trabajadores, que se puede ver afectado al diluirse las fronteras entre la vida pública y la privada, así como la concepción actual de lo que se entiende por trabajo en equipo, que tendrá que evolucionar como lo ameritan las transformaciones digitales de la era de la cuarta revolución y superar las limitaciones de los espacios físicos, de allí surgirá una motivación distinta a la que reúne a los trabajadores hoy en un mismo espacio.

En este experimento social único producido por la crisis existe la posibilidad de evaluar el trabajo en casa como un camino para la organización del trabajo en el futuro, algo fundamental en el siglo XXI y una enseñanza de la crisis actual .

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