Las nuevas previsiones de crecimiento mundial divulgadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) indican que la economía del planeta “se debilita”. La principal razón para ello es que el crecimiento ha sido demasiado lento por un largo período de tiempo.
Según las proyecciones, la economía global crecerá en 2016 a un ritmo del 3,2 por ciento. En 2017 lo hará en 3,5 por ciento. Estas cifras significan que, con respecto a las proyecciones de principios de año, el Fondo revisó a la baja sus estimativos.
Las economías avanzadas, que parecían estar retomando el liderazgo del crecimiento mundial con Estados Unidos a la cabeza, no presentan un panorama halagador. Según el Fondo, para este grupo de países el crecimiento “seguirá siendo moderado y se situará en el orden del 2,0 por ciento”.
Se estima que, en 2016, Estados Unidos mantenga su tasa en 2,4 por ciento. En 2017 puede presentarse un ligero repunte. La zona del Euro crecerá 1,5 y 1,6 por ciento respectivamente, mientras que para Japón se proyectan tasas de 0,5 y -0,1 por ciento.
Para las economías emergentes y en desarrollo, las que todavía aportan la mayor parte del crecimiento mundial, se estiman avances moderados con respecto a 2015 (4,0 por ciento). Así, en 2016 y 2017 crecerán 4,1 y 4,6 por ciento respectivamente.
Para China, el principal motor del grupo de emergentes, se estima una desaceleración progresiva, pues pasaría de crecer 6,9 por ciento en 2015 a 6,5 y 6,2 por ciento este año y el próximo. Sin embargo, India, el otro gigante del grupo, presenta crecimientos robustos de 7,3, 7,5 y 7,5 por ciento respectivamente.
Las previsiones del FMI y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para Latinoamérica y el Caribe lucen muy poco prometedoras. Ambas instituciones prevén que en 2016 la región continuará con crecimiento negativo: -0,5 por ciento.
De cumplirse con este pronóstico, serían dos años consecutivos en recesión, lo que, para los expertos del BID, no ocurría desde los años ochenta, período que se recuerda como la década perdida de América Latina.
No obstante el mal desempeño agregado de la región, cuando se desagregan los comportamientos se encuentra que hay naciones que lo vienen haciendo bien (como México, América Central, Bolivia y Perú). Sin embargo, hay otras, con Brasil y Venezuela en primera línea, que presentan resultados decepcionantes.
En el medio se encuentran países, como Chile y Colombia, que mantienen tasas aceptables. Para nuestra nación, el FMI proyecta, para 2016 y 2017, crecimientos de 2,5 y 3,0 por ciento respectivamente.
Tanto para el Fondo como para el BID, los países de la región deben hacer grandes esfuerzos de política pública para estabilizar las economías, retomar la senda de desarrollo y mantener el ritmo de mejoras sociales.
En este sentido, el llamado es a profundizar la agenda de reformas estructurales, en especial las relacionadas con el ámbito fiscal (generación de ingresos y eficiencia del gasto) y la promoción de la productividad a través del impulso a la infraestructura.
Colombia tiene pendientes varias reformas estructurales que ha venido aplazando. La más prioritaria es la tributaria. Igualmente, es necesario acelerar la ejecución del programa de infraestructura, en especial el de las 4G.
Esto hace que la agenda gubernamental sea apretada y que el tiempo apremie. Ello obliga al Ejecutivo a acelerar el ritmo de trabajo y la ejecución de acciones eficaces.