Una empresa es una aventura humana que requiere una buena alquimia entre bienestar y trabajo. Con todas las dificultades, porque en Colombia no ha sido fácil hacer empresa y el país no estaba precisamente mejorando antes de la pandemia, como reportó el Global Entrepreneurship Monitor Colombia 2019, no obstante lo cual en el país se hace con mucha enjundia. Al fin y al cabo, el tejido empresarial colombiano estaba conformado antes de la pandemia por más de millón seiscientos mil empresas, en su gran mayoría medianas, pequeñas y micros.
En las durísimas condiciones que enfrenta hoy la economía colombiana y en las no menos exigentes de la economía global, hacer empresa se ha vuelto mucho más complejo y difícil de lo que ya era hasta ahora. La información incompleta con la que se cuenta señala que compañías de todos los tamaños fueron afectadas por el confinamiento, debido a la reducción de la demanda y el incremento de la deuda.
En efecto, según una encuesta de la Superintendencia de Sociedades la mayoría de las empresas grandes (78 %), tuvieron dificultades por la pandemia. Se tiene también evidencia de esa misma fuente de que un buen número de ellas debieron entrar en reorganización o en liquidación, dejando sin empleo a miles de trabajadores, aún a pesar de las ayudas que han recibido del gobierno. Las cifras de los gremios son aún más alarmantes, ya que reportan que miles de sociedades comerciales, restaurantes y otros negocios han cerrado definitivamente.
No es entonces un momento fácil. Al fin y al cabo, las empresas son un factor clave en la creación de la riqueza nacional al ser el principal elemento generador de actividad y empleo y están en dificultades, aunque un poco menos que hace unos meses. El número de compañías, su estructura en cuanto a tamaño y composición sectorial, y su evolución en el tiempo, caracterizada por factores como el dinamismo emprendedor, determinan la capacidad del tejido empresarial para generar un entramado económico que contribuye a la competitividad de los productos, bienes y servicios colombianos.
Además de su importancia económica y social, es para los trabajadores un sitio de desarrollo personal, de cumplimiento de metas profesionales, y, por qué no decirlo, de amistades y fraternidades. Los empleados pasan muchas horas del día en sus trabajos. Una vida en común que también ha sufrido por la pandemia.
Frente a las dificultades que hoy encaran las organizaciones, sea cual sea su tamaño, se debe ver más lejos teniendo en cuenta su aporte económico y social. La confianza es hoy más que nunca indispensable para la empresa y su ecosistema. Se debe reconstruir una relación con todos, sobre la base de la responsabilidad individual y la combatividad. Hay que valorar lo que hicieron los trabajadores durante el confinamiento y a aquellos que se batieron por su empresa. Cuando se oyen ecos de discursos antiempresariales y hostiles a la iniciativa privada y su aporte a la sociedad, hay que mirar las cifras y las evidencias, que contrarrestan esos discursos irresponsables.
EL COLOMBIANO cree en las empresas conscientes como generadoras de bienestar social y económico. Es por eso que ha estructurado un proyecto de un año, #MásEmpresasMásPaís, para acompañar a Antioquia y Colombia en la creación, desarrollo y futuro del sector empresarial. ¡Todos invitados!.