Desde cuando Joe Biden asumió este año la presidencia de Estados Unidos se pronunció preocupado por la que llamó “una crisis de adicción y sobredosis”. Las muertes por sobredosis en ese país venían aumentando, a tal punto que, según los datos presentados en ese momento, habían llegado a la cifra más alta en la historia en 2019: 70.630 muertos. Ahora la situación es peor: en 2020 murieron 93 mil personas por sobredosis en ese país.
Aunque ese aumento de la fatalidad se debe en su mayor parte al uso de opiáceos sintéticos, como metadona, fentanil y tramadol —por el consumo de este último murieron dos adolescentes hace un mes en Itagüí—, el gobierno Biden también ha hablado de incrementos en las muertes por consumo de cocaína, sobre todo cuando se combinan con los sintéticos. Por eso, entre sus siete prioridades, puso énfasis en la prevención del consumo y el tratamiento, para lo cual anunció recursos para el Departamento de Salud de su país por 4.000 millones de dólares, un monto muy significativo. Y ahí hay una primera gran diferencia porque cabe recordar que en tiempos de George Bush y Andrés Pastrana el énfasis fue militar: para el Plan Colombia de entonces (tropas en la selva, aviones, entrenamiento militar, fumigación masiva), la Casa Blanca invirtió poco más de 3.000 millones de dólares.
En cuanto al componente de narcotráfico, la Oficina Nacional de Políticas de Control de Drogas de Estados Unidos anunció esta semana los detalles de esa nueva estrategia que se promoverá en Colombia. ¿Qué novedades tiene el plan? Aparentemente, pocas, porque dirán que mucho de lo que proponen ya se está haciendo desde hace varios años. Sin embargo, se le reconocen algunos puntos valiosos que vale la pena destacar.
Hay tres pilares en los que se basa la nueva estrategia. El primero abarca la reducción del abastecimiento de drogas —lo que cubre disminución en la demanda—, el combate al lavado de dinero, la erradicación de coca y la destrucción de laboratorios. Todo eso suena bien, pero nuevamente surgen interrogantes. ¿Cómo se puede reducir la distribución en el mercado estadounidense? Ojalá también la estrategia sea eficaz en ese frente, porque si algo se ha visto es que la venta en ese país crece a un ritmo imparable.
El segundo pilar se refiere al desarrollo y la seguridad rural. Abarca la implementación del Acuerdo de Paz como motor fundamental, la protección de líderes comunitarios y la reducción de la dependencia de la coca como sembrado. Este punto, tan necesario, también plantea otra pregunta: ¿De dónde saldrá el presupuesto para llevar el Estado a donde no ha hecho presencia en tantos años? Y el último eje se ocupa de la protección medioambiental, que comprende monitorear y combatir los crímenes medioambientales, proteger la selva tropical y alcanzar las metas en la región de la Amazonía. En interesante observar que en ninguna parte se menciona la fumigación con glifosato; por ende, si este es un acuerdo consensuado, ¿qué va a pasar con las fumigaciones sobre las que ha insistido tanto el gobierno? Está comprobado que erradicar una mata vale ocho veces más que sembrarla, así que bien vale la pena concretar qué sistema se utilizará y con qué porcentaje del presupuesto se cuenta para esta labor.
Estados Unidos no ha hecho énfasis en la parte militar, lo cual sorprende, pues significaría un giro en su política. Pero la situación en el Cauca y Nariño tiene visos de estar fuera de control. Ese corredor de tráfico de drogas vive su propia dinámica destructiva y las autoridades se ven desbordadas mientras distintas poblaciones se convierten en desplazados a causa de la violencia que reina allí.
Aunque la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca explicó, en un comunicado, que el resultado del nuevo enfoque es producto de un trabajo conjunto (con Colombia) que busca potenciar la lucha antidrogas con una mirada binacional, la verdad es que faltan detalles sobre la forma como se llevará a cabo la estrategia y no hay suficiente claridad acerca de dónde van a salir los fondos para alcanzar los objetivos propuestos