El sector aéreo colombiano vivió una verdadera transformación en la última década. Pasó de movilizar cerca de 15 millones de viajeros al año, a casi triplicarlos, con más de 40 millones, y de tener infraestructuras obsoletas a contar con aeropuertos más modernos. En los últimos años, también llegaron nuevas compañías aéreas a competir con Avianca, que tenía más del 50% de mercado doméstico.
Y en particular, aterrizó el modelo de bajo costo, que rompió precios, con el nacimiento de Viva Colombia (hoy Viva Air) justo hace diez años, el 25 de mayo de 2012, con su centro de operaciones en el aeropuerto José María Córdova. A Viva Air le bastó solo una década para llegar al tercer lugar en movilización de pasajeros. La noticia de los últimos días es la venta del 100% de las acciones de la compañía de bajo costo a Avianca. El solo anuncio causó turbulencia en el mercado aéreo por las implicaciones que traerá esta alianza.
Avianca la aerolínea con más de 100 años de historia en Colombia y la segunda aerolínea con mayor antigüedad en el mundo, después de KLM, ha enfrentado toda clase de vientos cruzados. En los últimos años pasó por complicadas situaciones financieras que la obligaron a acudir en dos ocasiones al Capítulo 11 (Ley de Quiebras de Estados Unidos). La primera vez salió adelante con el salvavidas que le lanzó el empresario Germán Efromovich. Posteriormente volvió a tener serias dificultades por su gran endeudamiento. La pandemia le asestó un duro golpe, lo que la llevó a acudir nuevamente al capítulo 11, del cual salió el año pasado con la aprobación de un plan de reestructuración en el que los grandes perdedores fueron los accionistas minoritarios de la compañía que vieron esfumarse todo lo invertido cuando sus títulos pasaron a valer cero.
Pero nuevamente logró sobrevivir y ahora se prepara para recuperar el terreno perdido. Después de ser líder indiscutible en las operaciones aéreas, su participación bajó al 36,6%, mientras que otras compañías comenzaron a cogerle ventaja. Ese fue el caso de Viva Air que despegó con una cuota de mercado muy baja pero que hoy llega al 16% y es la tercera aerolínea con mayor participación. Viva Air se sigue expandiendo en el exterior con operaciones en Estados Unidos, México, Perú y próximamente Argentina con rutas desde Bogotá y Medellín.
Por eso algunos ven con recelo esta jugada que crearía un grupo aéreo que podría influir en la fijación de precios en el mercado, limitando la competencia, en perjuicio para los usuarios. Pero también hay quienes dicen que, por el contrario, los viajeros serían los más beneficiados porque se avecinarían nuevas promociones y diversos servicios. De consolidarse esta fusión operativa entre las dos compañías quedaría un gigante con 52% del mercado interno, que tendría 141 aviones y volaría a 94 destinos con 188 rutas. En el caso de Antioquia, la participación sería del 60% teniendo en cuenta que cada una cuenta con porcentajes cercanos al 30%.
Por eso es importante que las autoridades estén con un ojo avizor para evitar que arrasen con la competencia. Hasta el momento no se ha oficializado una fusión operacional porque todavía deben darse una serie de acciones, entre ellas el visto bueno de la Superintendencia de Industria y Comercio y de la Aeronáutica Civil.
Hay que recordar que la última gran integración aérea fue la de Avianca, Aces y SAM, hace exactamente 20 años cuando se creó la Alianza Summa, en mayo de 2002. En ese momento, Aces era una aerolínea amigable que los usuarios reconocían por su buen servicio. Lo mismo está pasando ahora con Viva Air, que se ha logrado ganar un espacio en el corazón de sus clientes. Ojalá la fusión se traduzca en mayor bienestar para el usuario y no al contrario.
Esta unión agitará un sector que se vio muy afectado por la pandemia y que luego de tener una cifra récord de 41,2 millones de pasajeros movilizados en 2019, al año siguiente se desplomó. Pero en 2021 volvió a reactivarse con 30,5 millones de viajeros y se espera que este año retorne a los niveles prepandemia.
Lo más importante es una mayor oferta, con tarifas competitivas, y que se preste un servicio de calidad, que en ocasiones deja mucho que desear teniendo en cuenta que son frecuentes las quejas que recaen sobre las aerolíneas por la cancelación de vuelos, la sobreventa y las demoras en los despegues.
Pero también es necesario que siga adelante la modernización y ampliación de los aeropuertos del país. Después de un gran impulso este tema pasó a un segundo lugar. Ya nadie habla de la ampliación del aeropuerto El Dorado, ni de la construcción de una segunda terminal en Madrid, Cundinamarca, como se tenía previsto. Tampoco hay avances en las modernizaciones de otras terminales aéreas. Esta es otra de las tareas que le queda al nuevo gobierno porque si Colombia quiere ver la llegada de más viajeros se necesita no solo de alianzas del sector privado sino de una infraestructura que esté a la altura