Estamos acercándonos a una fecha muy especial para esta casa periodística: este domingo EL COLOMBIANO cumple 110 años. Son 40.150 días y 37.550 ediciones. Y por cada edición —que al principio fueron quincenales, después diarias y ahora al instante, en digital— les queremos dar a ustedes, nuestros entrañables lectores, amigos y aliados, un ¡muchas gracias!
Esto de hacer un periódico, hoy como hace 110 años, no deja de ser un milagro diario. Descubrir una historia o información que sea útil o importante, documentarla, escribirla, buscar la manera de hacerla más atractiva para ustedes, para poder ganar su atención y lograr que nos den entrada en sus casas y nos lean, cada día, todos los días, es tal vez uno de los más bellos logros de la comunicación. Es un ritual que compartimos, con el que cada día, ustedes y nosotros, tratamos de construir una mejor sociedad.
Ese 6 de febrero de 1912 era un martes. Y un joven de veintiún años, estudiante de derecho de la Universidad de Antioquia, de nombre Francisco de Paula y de apellido Pérez, llegó hasta una tipografía ubicada en la calle Ayacucho, entre Junín y Sucre, al frente del entonces Teatro Bolívar, para que le imprimieran los primeros cuatrocientos ejemplares de EL COLOMBIANO.
Como cualquier otro joven de hoy —como cualquier Francisco Pérez lleno de ganas de cambiar el mundo y ayudar a mejorarlo—, le dio vida a su emprendimiento en ese Medellín de setenta mil habitantes, apenas una vez y media las personas que caben hoy en el estadio Atanasio Girardot. Y ese espíritu es el mismo que hoy nos inspira: trabajo arduo, con pasión, para ayudar a que la vida sea mejor para todos.
Veinte años después Fernando Gómez Martínez y Julio C. Hernández, quienes se conocieron en el Liceo de la Universidad de Antioquia, el primero como rector y el segundo como profesor de inglés, se sumaron a la causa y le dieron a la empresa tal impulso que ha llegado hasta hoy rebosante de salud y con la batería recargada para celebrar muchos años o, por qué no, siglos más.
Nos quisimos adelantar desde hoy a contarles de nuestro aniversario porque el domingo, el día del cumpleaños, nos haremos a un lado para entregarles la batuta de este diario a tres personajes entrañables que se encargarán de la ya tradicional edición de Director por un día. David Vélez, el primer paisa que ha logrado meterse en las grandes ligas del emprendimiento tecnológico del mundo con Nu Bank. Vive en Brasil, pero en las jornadas de trabajo nos contaba que es paisa de fríjoles y arepa. Dirigiendo la sección de deportes estará Rigoberto Urán, el carismático Rigo, campeón, emprendedor y filósofo de la vida. Y la sección de Tendencias estará bajo la batuta de Dany Alejandro Hoyos, el creador de Suso.
Es un honor para EL COLOMBIANO contar con ellos: tres paisas que representan todo lo mejor de Antioquia, la capacidad de salir adelante, el humor y la solidaridad. Ellos se tomarán el periódico y plasmarán en estas páginas un mensaje muy personal de sus maneras de ver el mundo. Queremos abrir, gracias a ellos, nuevas conversaciones con ustedes.
Este domingo también volverá a circular la revista Generación. Nos enorgullece decir, nos llenamos la boca diciendo, que somos el único medio del país que conserva su suplemento cultural. Lo tuvimos en pausa por unos meses para volver con un Generación recargado. Gracias al apoyo de Comfama y de Celsia, que creen en las bondades del periodismo cultural para el bienestar de todos.
A esta edad tan maravillosa estamos comenzando a escribir nuevos capítulos de nuestra historia. EL COLOMBIANO entiende que tiene hoy un papel crucial que jugar.
Queremos seguir siendo referentes para una sociedad como la nuestra, que siempre ha creído en la honestidad, en el trabajo y en la solidaridad como sus valores fundamentales. Queremos seguir siendo un periódico de todos y para todos. Queremos seguir haciendo méritos para ser el diario leer de los antioqueños.
Como sociedad, estamos enfrentando grandes desafíos. Así como la pandemia del covid-19 le planteó al mundo grandes retos —que, poco a poco, la humanidad ha ido superando—, como sociedad estamos frente a otra pandemia que puede llegar a ser igualmente letal: la de la demagogia, la de la manipulación por las redes sociales y la de las noticias falsas.
Esas nuevas expresiones, combinadas con la corrupción, son una verdadera bomba atómica. Por eso, hoy, más que nunca, necesitamos más periodismo de calidad. Hoy el periodismo tiene la difícil tarea de verificar que los mensajes de los gobernantes se apeguen a la realidad, que los datos que utilicen sean ciertos, y sirva como una especie de filtro de la propaganda. Y a eso le apostamos en EL COLOMBIANO. Todos los días trabajamos para hacer un referente confiable, por tener la información más fidedigna, por ofrecer análisis que ayuden a entender lo que ocurre y, sobre todo, por destapar y denunciar a quienes abusan del poder para defender los recursos que son de todos.
En momentos como estos en los que el periodismo puede estar bajo ataques destemplados y feroces es cuando más y mejor periodismo necesitamos. Y por eso en EL COLOMBIANO nos estamos trasformando para ser uno de los medios de vanguardia en el ecosistema digital del país y, ojalá, del continente.
La palabra democracia, de tanto usarla, para algunos puede que haya perdido el sentido. Tal vez porque muchos damos por descontado derechos como la libertad, la salud, la educación, el poder tener acceso al alimento o la libertad de expresión. Creemos que todos los días nos levantamos y van a estar ahí siempre. Y no nos damos cuenta de que en regímenes autoritarios o populistas todo eso se puede perder.
El periodismo, o al menos el que hacemos en El Colombiano, busca cada día, con cada página y cada artículo, defender este privilegio que tenemos de vivir en democracia. Y los invitamos a todos ustedes a que nos sigan acompañando en esta causa al menos 110 años más