Las historias de nuestra música colombiana no tienen final. Me doy cuenta de eso cada vez que me acerco a un nuevo disco, o a un clásico empolvado. Cada que reviso la vida y obra de un compositor o intérprete o incluso una época en específico. Siempre termino divagando entre anécdotas, sonidos y descubrimientos nuevos que me hablan de la grandeza de nuestro legado, memoria y tradición musical.
Tenemos un tesoro sonoro guardado en los oídos y en el corazón y muchas veces ni nos acercamos a la cerradura para abrirlo y explorarlo. Otra de esas historias fascinantes que llegó para seguir armando el rompecabezas de nuestro sonido nos lleva en esta ocasión a perdernos en la locura fiestera de Barranquilla. No solo de vallenato vive el Caribe.
El año 1982 vio el inicio de una nueva generación de músicos con un sentir fiestero y bailable no solo para la costa Caribe colombiana, sino para el sentir latino, el baile y el sabor. Un proyecto llamado el Grupo Hormiga se consolidaba en un voz a voz entre almas fiesteras en Barranquilla. Sin embargo, poco tiempo después se harían más grandes y dejarían de llamarse como el diminuto himenóptero.
Una llamada bastó para que ahora los integrantes de este grupo hicieran parte de la alienación de cada fin de semana de una de las tabernas más reconocidas y de moda de la ciudad de Barranquilla, la Bananas. Así tocaran con instrumentos prestados y recursos limitados, el éxito del proyecto musical fue inmediato y como homenaje cambiaron su nombre al Grupo Bananas.
Fue así como nació esta importante y representativa banda que sonoramente pasaba del merengue dominicano a la música tropical colombiana.
Su propuesta llamó la atención por los conciertos, por la alegría que desplegaban en el escenario, por las bailarinas y por una serie de canciones que poco a poco se fueron convirtiendo en emblema de una generación.
Israel Romero, de El Binomio de Oro, los escuchó y los recomendó con la discográfica paisa Codiscos y de esa manera El Grupo Bananas salió de la tradicional taberna para empezar su recorrido discográfico en la industria musical. Grabaron sus primeros éxitos y se establecieron definitivamente como el mejor grupo de merengue de Colombia.
A pesar del buen momento de éxitos, giras y canciones sonando en todo lado, el 27 de mayo de 1995, antes de viajar a brindar conciertos a Aruba y Suiza, el DAS capturó a los integrantes del grupo por tráfico de droga en el aeropuerto Ernesto Cortissoz de Barranquilla.
Esta fue una de las etapas más fuertes y angustiantes de toda su carrera musical. Cayeron presos por un error judicial, llegaron a la Cárcel Modelo en Barranquilla. Sin embargo, la empresa Codiscos no los dejó solos y allí, en medio del encierro y de la situación penitenciaria, la discográfica de Medellín suministró equipos, compañía y dinero para que el Grupo Bananas pudiera hacer historia creando el primer disco de Colombia grabado desde una cárcel.
Así fue que nació la producción Bananas sigue siendo Bananas, un disco exitoso, oxigenante y con un éxito indiscutible: Cielo de Encantos, con el polifacético músico barranquillero Chelito de Castro y coros del cartagenero Juan Carlos Coronel.
¿Se imaginan la grabación de una producción discográfica dentro de una cárcel? En Colombia sucedió.