x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

Lecciones Zombis. Estación zombie, de Sang-ho Yeon

21 de enero de 2017
bookmark

Los zombis han existido desde hace mucho tiempo, sólo que antes los llamábamos ogros y trolls, y antes de eso cada cultura los ha nombrado con alguna otra palabra. Porque en realidad los zombis, los trolls y los ogros son la encarnación de esas personas que sólo saben hacer daño, del mal gratuito que no tiene explicación frente al que había que prevenir a los niños, así fuera camuflándolo con una apariencia abominable. Como seguimos necesitando que nos cuenten cuentos y nos den lecciones, las películas de zombis que van más allá del mero entretenimiento (que no tiene nada de malo, claro) son aquellas que consiguen que la alegoría sea poderosa y hagan que nos preguntemos si estamos preparados frente a ese tipo de desafíos.

En el caso de Estación zombie (nuevamente una traducción que peca de obvia, en vez del más misterioso Tren a Busán, ¿tan poca confianza tenemos en la inteligencia del público colombiano?) la pregunta es por la solidaridad. Cuando la violencia nos atropella, cuando el mal, que puede venir en la forma de un desastre natural, una injusticia política o de la delincuencia más agresiva, ¿seremos de los que le cierran la puerta al otro en la cara o de los que se pondrán de acuerdo para buscar una solución y cuidarse entre ellos?

Como hoy a los que hay que prevenir de la destrucción es a los adultos, en Estación zombie es la hija la que le da una lección a su padre, demasiado ensimismado en sus negocios como para recordar qué le ha regalado de cumpleaños o para cumplir con la promesa de llevarla a Busán, donde vive su exesposa, que se alejó de él precisamente por su egoísmo. Cuando una chica infectada se mete al tren que los lleva y los sobrecargos pierden el tiempo tratando de sacar a un vagabundo (porque la enfermedad no es la pobreza en sí misma, podríamos agregar) y la pandemia enloquecida se apodera de los vagones, será ella quien le recuerde a su padre qué es lo que importa en esta vida.

A Sang-ho Yeon, el director, se le nota su carrera previa en el mundo de la animación, pues los planos con los que narra la película son todos llamativos y efectivos (cuando la cámara se queda fija un rato podemos estar seguros de que algo va a pasar) y los movimientos de sus zombis son totalmente plásticos, como si además de perder la humanidad al contagiarse, las articulaciones ya no fueran un problema. Esos zombis a toda velocidad, casi ciegos, como los que están destruyendo al mundo y no ven el cambio climático, no dejan nunca que el espectador descanse, lo que hace que la película sea muy intensa y dinámica, pero también que tenga que recurrir a veces al personaje estereotipo para ahorrarse explicaciones. Sin embargo, y a pesar de una parte final mucho más esquemática y previsible, Estación zombie está llena de felices momentos en que logra ser más que una cinta entretenida; momentos que se quedan en la memoria, como las lecciones con moraleja que siguen guiándonos en la vida. O como los ogros.

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD