La música no solo está en los oídos, en la cabeza, en el corazón. También en los pasos, en los abrazos, en los aplausos, en el roce, en el sonido de la ciudad, del tren, del bus con la bocina a estallar, en las conversaciones que se cuelan sin querer, en el pregón del frutero y en el saludo del que pasa en frente. Medellín tiene música en cada lugar, desde el arrabalero tango, pasando por la salsa, el reguetón, el rap, hasta el punk y metal más visceral.
Pero ahora la música llegó a Medellín en forma de experimento, con máscara de profesor universitario, también a manera de juego para decirnos que todos podemos ser y hacer música. Esto pasa en el Parque Explora, donde los sonidos toman otros matices y podemos ir del karaoke divertido hasta la dirección musical, con los músicos de la Orquesta Filarmónica, a bailar y grabar nuestras sombras, a oír con las manos, tocar instrumentos ancestrales, armar una banda con la familia, o sumergirnos entre los cantores de una lancha que navega por el río Amazonas.
Estas y otras 30 experiencias forman parte de una nueva sala experimental y curiosa, una nueva oportunidad para conocer nuestra orquesta propia, para conocer la sala del Explora dedicada al sonido, a las armonías, melodías, acordes y lenguaje universal. Música: la orquesta propia, una emocionante exposición interactiva, participativa, familiar e incluyente que contó con la participación de músicos de la ciudad y de aliados como la Universidad de San Buenaventura, ellos, al lado de un grupo interdisciplinario de personas curiosas que hacen parte del Parque Explora, hicieron de una idea descabellada, la construcción formativa, divertida y experiencial del mundo de la música.
Llegar a este nuevo lugar es un deleite no solo para los oídos, sino para los sentidos, pues el contacto con los instrumentos, el accionar de la percusión y la sensibilidad de los ritmos colombianos. Ellos viven en un espacio repleto de recámaras de espejos, diseños musicales y bibliotecas interactivas, donde los menos expertos podrán salir interpretando ritmos colombianos en percusión.
Qué gran iniciativa del Parque Explora, qué gran aporte para una ciudad que respira música en cada segundo, qué buen momento para decir que la música además de industria, crítica, ventas y conciertos masivos, es un espacio para descubrir la musicalidad propia, para conectarnos con nuestra humanidad, con nuestro entorno y nuestra historia a través de la exploración.
Un espacio que es relevo generacional, juegos, educación y disfrute.
¿Una orquesta propia? Sí, eso somos, también una sinfonía que no tiene fin.