Sabíamos que venía, era uno de esos temas que no son tanto cuestión de ‘si’, sino de ‘cuándo’. Y ‘cuándo’ resultó ser esta semana.
En una movida conjunta, la Comisión Federal de Comercio y 48 fiscales generales presentaron demandas separadas contra la empresa, alegando que por años ha manteido un monopolio ilegal soportado en prácticas anticompetitivas.
No es un señalamiento nuevo, pero llama la atención que en su demanda la FTC pone especial énfasis en las adquisiciones que en su momento, en 2012 y en 2014, para ser precisos, hizo Facebook de sus entonces rivales y ahora subsidiarias Instagram y WhatsApp.
Para el organismo, la principal motivación de Facebook para realizar esas dos adquisiciones no fue otra que eliminar las posibles amenazas competitivas a su dominio al poner bajo su control una red social rival como Instagram y un servicio de mensajería que, lo demostró la experiencia, podía integrarse fácilmente a una.
El texto presentado por la Comisión dice: “Facebook inicialmente trató de competir con Instagram por sus propios méritos, y para eso intentó mejorar sus propias ofertas. Al final, Facebook finalmente eligió comprar Instagram en lugar de seguir intentando competir con ella”.
En cuanto a WhatsApp, la FTC dice que fue atacado porque “el liderazgo de Facebook entendió y temió que una aplicación de mensajería móvil exitosa podría ingresar con facilidad al mercado de las redes sociales”.
Como dije, no es un argumento precisamente nuevo. Me llama más la atención la afirmación de la FTC según la cual Facebook ha “estrangulado” a potenciales competidores al cortarles el acceso a su interfaz de programación de aplicaciones (API) y al acumulado de datos de sus usuarios en el que se cimienta su reino.
En particular, me llama la atención que la FTC cite específicamente el caso de Vine. La popular app de videos cortos, precursora innegable de fenómenos como Tik Tok, se estrelló, no bien la lanzó Twitter en 2013, con que Facebook no le dio acceso a una herramienta común que permite a los usuarios encontrar a sus amigos de Facebook en otras plataformas.
El hecho de que la propia Vine fue adquirida por Twitter en 2012 no se menciona.
En el pasado, Facebook ha prosperado a pesar de investigaciones, sanciones y boicots, y sus cifras de usuarios y de ingresos no han parado de crecer. Cuando surge alguna innovación interesante en otra parte, la compra... o la copia. En su momento prometió dar a Instagram y WhatsApp una autonomía que al final no pudo o no quiso concederles. De hecho, mientras se anticipaban anuncios como el de esta semana, la empresa cumplió su cometido de integrarlas con la herramienta Messenger, en un solo servicio transversal de mensajería.
Pese a todo ello, hoy la usa una de cada cuatro personas en el mundo.
No hay razones para creer que en el corto plazo este caso sea diferente. Incluso si se le obligara a desprenderse de Instagram y WhatsApp, algo difícil y que tomaría años, su poder reside en los datos y en el uso que hace de ellos. Nada en este proceso apunta a cambiar eso.
No. Yo creo que la verdadera amenaza para Facebook está en su propio ADN. A sus 16 años, dista de ser la empresa juvenil que quisiera creer que es y tanto sus directivos como un grueso de sus usuarios pueden ver en su timeline el paso del tiempo. Mark Zuckerberg tiene 36 años, la misma edad que alguien que haya tenido 20 años cuando comenzó a usar su red.
Las compañías que ha comprado -casi 80 a lo largo de su historia- son parte de su estrategia para no depender únicamente de su red principal. Es en ese sentido que perderlas ante una eventual orden de vender sería doloroso y potencialmente catastrófico. Los jóvenes, los nuevos jóvenes, encuentran más amigables y auténticas nuevas plataformas como Tik Tok. Instagram es una versión más juvenil pero pronto Facebook no va a ser la red de la nueva generación, sino la de sus padres.