En ausencia de crecimiento económico y de inflación subyacente (inflación sin alimentos y energía sólida), todo choque de precios externos de petróleo constituye una amenaza para el crecimiento mundial. El aumento de precios del petróleo demorará un tiempo en transmitirse a la inflación en los países importadores, teniendo en cuenta el factor amortiguador de los efectos de base debido al alza del año anterior, pero el encarecimiento de la energía afectará el poder de compra de los consumidores y también los resultados de las empresas. Con un clima de negocios débil en los países desarrollados y las dificultades de la industria mundial, los desarrollos recientes en el mercado petrolero constituyen un riesgo significativo para la coyuntura económica internacional.
Ese resultado se deduce de un modelo sencillo que mantiene el precio del petróleo sin cambio en relación con el nivel observado la semana pasada. Un alza mayor aceleraría todos los efectos descritos arriba, incluyendo una mayor inflación e impacto sobre el crecimiento.
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