Las encuestas son importantes porque marcan el referente de lo que la opinión pública piensa. Sin embargo, en democracia se genera el problema de que muchos gobernantes terminan haciendo lo que las encuestas piden, para mantener popularidad, pero no lo que se necesita. Y por otra parte, muchas veces los ciudadanos no tienen una perspectiva estratégica, de largo plazo, si no que demandan soluciones a corto plazo a sus problemas inmediatos. El gobernante tiene que tener la habilidad de oír a la población pero ejecutar soluciones estratégicas.
Medellín en general ha sido una ciudad bien gobernada. Pero hay un tema que va más allá de lo local, y es el ansia ciudadana por tener gobiernos honrados, ya que los escándalos sacuden a todos los sectores políticos. Por eso no extraña que una mayoría en Medellín también pida un alcalde honesto.
Hay tres asuntos que son sustanciales en Medellín: 1) La construcción de un Estado que tenga capacidad de control territorial, en lo micro dentro de la ciudad. 2) Capacidad de desarrollo económico que genere una política de pleno empleo, digno y cualificado. Y 3) Una política educativa, principalmente de educación superior, que conduza a la creación de empresas innovadoras con base en ciencia y tecnología.