La caficultura la tenemos que estar renovando para mantener su productividad y hacemos grandes esfuerzos. Y las instituciones cafeteras las tenemos también que ir renovando.
La realidad hoy del mundo cafetero, tomada la fotografía, es muy positiva, porque afortunadamente tenemos una coyuntura muy favorable. No es accidental la recuperación de la producción que hemos registrado en los últimos años. En 2009 la producción cerró el año en 7,8 millones de sacos y el valor de la cosecha alcanzó los $3,4 billones, el valor más bajo en la última década. En ese momento el parque cafetero tenía una edad promedio de 11 años y casi el 70 por ciento se encontraba con variedades susceptibles a la roya.
Gracias al esfuerzo conjunto del Gobierno Nacional, la Federación Nacional de Cafeteros y la familia cafetera al cierre de 2014 la producción bordeará los 12,5 millones de sacos con un valor esperado de la cosecha cafetera de $5,5 billones, la más alta en la historia cafetera reciente.
Veo como irreversible la tendencia en la producción. ¿Qué me hace ser tan optimista? Que está basada en inversiones. Inversiones en renovación, en sembrar nuevas variedades, que deberán dar sus frutos para llegar a producir en un futuro no muy lejan 14 millones de sacos.