Los últimos resultados del ranquin que publica el World Bank Group que mide la facilidad para hacer negocios, deja entrever en el caso colombiano, que mientras avanzamos en materia de regulaciones sectoriales que permiten hacer negocios, seguimos rajados en reformas de contexto que contribuyen a facilitar la formación de nuevas actividades empresariales. Prueba de ello es que en materia de pago de impuestos, comercio transfronterizo y cumplimiento de contratos estamos en la segunda página del ranquin ocupando posiciones después del puesto 120 entre 190 países. Para destacar, los avances en las facilidades para la obtención de crédito en donde ocupamos un segundo lugar, la protección de las inversiones a los pequeños inversionistas (puesto 13) y la creación de empresas donde dimos un salto importante, pasando del puesto 84 al puesto 61.
Están suficientemente ilustradas por otros ránquines las dificultades en materia impositiva, los problemas de corrupción por la vía del cumplimiento de contratos y la debilidad del comercio exterior; en estos campos tenemos una deuda grande. A buena hora, comienza en el país la discusión de una nueva reforma tributaria, pueda ser que el debate en el Congreso resuelva de una vez por todas estas debilidades estructurales.