Hay un decreto municipal expedido por el alcalde Aníbal Gaviria, el 7 de noviembre, que prohibe la fabricación, almacenamiento, transporte, venta y uso de pólvora y juegos pirotécnicos en la temporada decembrina que comienza.
Tenemos herramientas preventivas y también planes de trabajo con las inspecciones de policía, para que generen las respectivas contravenciones. Es una medida administrativa que puede llevar a la multa de las personas naturales o que, en el caso de establecimientos públicos, puede provocar incluso cierres.
Y estamos trabajando con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), para que cuando lleven niños quemados a los centros hospitalarios se siga la ruta del incidente y se establezcan las causas. En caso de responsabilidad de padres o adultos, habrá sanciones que pueden, si hay daños de salud graves en el menor, asociarse al derecho penal por un delito culposo de lesión personal.
Lo otro es una campaña contra la pólvora que supere las tradicionales: un programa integral frente al problema. Invitamos a los privados y a los ciudadanos a una movilización social general: que se entienda que no caben excusas ni siquiera culturales para quemar pólvora. Y en esa coherencia, la Alcaldía se abstuvo de patrocinar juegos piroténicos que, si los hace alguna empresa privada, deben cumplir rigurosos controles de instalación y manejo de expertos.