Hay un verdadero dilema para estos hospitales en Antioquia que decidieron no atender pacientes de Cafesalud. Por un lado, está el derecho de la gente a recibir servicios, en municipios donde esos hospitales son los únicos que lo prestan. Y por el otro, el sostenimiento mismo de la entidad. Una disyuntiva muy difícil. Estas consideraciones económicas también son importantes, entre otras porque afectan la atención a los demás pacientes.
Lo que sí hay que hacer es un gran esfuerzo por parte de Cafesalud. Hay que ver cuál es el grado de siniestralidad de la EPS, es decir, cuánto gasta en relación con lo que ingresa, porque por ejemplo puede haber casos de ingresos de 100 pero gastos médicos de 105. Cuando la siniestralidad es superior al 89 %, ahí la dificultad es enorme. Y si es superior a 100, cada afiliado nuevo implica pérdida.
Hay que tener en cuenta que Saludcoop se defendía mucho con sus clínicas. Cafesalud depende mucho de una red contratada, donde cobran lo que cobran, no es lo mismo que con una red propia. En Cafesalud hay gente seria, y muchos sabíamos que la transición iba a ser muy difícil.
El problema del sector salud no es de gestión, sino que es un sistema desfinanciado. Eso daña la calidad, el acceso y el pago oportuno de deudas.