El imperialismo estadounidense ha dado un nuevo paso en las agresiones contra la Revolución Bolivariana. Frustrados y desesperados por 16 años de fracasos políticos y militares en Venezuela. Hoy las hienas imperiales pasan a la ofensiva criminal directa contra el país.
La más reciente orden ejecutiva de la Casa Blanca pretende calificar a Venezuela como una “amenaza para la seguridad” de los Estados Unidos. Esta vez el arrogante y prepotente Golead del norte pretende victimizarse ante el mundo, o lo que es peor, disfrazarse de David para justificar su “derecho a la defensa” para destruir al verdadero David.
La Casa Blanca ha firmado una declaración de guerra contra Venezuela. Recuerda el caso nicaragüense en 1985, cuando aquel país fue igualmente declarado por el entonces presidente Ronald Reagan como “una peligrosa amenaza para la seguridad de los Estados Unidos”.
El presidente Maduro se ha crecido en las dificultades, y respondido valientemente a las amenazas imperiales como genuino hijo político del Comandante eterno Hugo Chávez. También Venezuela cuenta con el respaldo mayoritario de los pueblos de la región, de la solidaridad mundial y cuenta con aliados estratégicos como Rusia y China que vetarán la locura en los organismos multilaterales.
