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El impuesto saludable es regresivo y golpeará el costo de la comida de los colombianos de menores ingresos. Afectará a los que comen menos de tres comidas al día. A los que comen lo que pueden y no lo que quieren.
Por Juan Carlos Manrique - jcmanriq@gmail.com
Hace varios años, una compañía colombiana aumentó el precio de uno de sus productos, que se vende en las tiendas de Colombia. El precio pasó de $200 a $250 pesos. ¿Qué es un aumento de $50 pesitos? Fue la pregunta que se hicieron los responsables de la decisión y la respuesta desafortunada, fue que un aumento de $50 pesitos no era nada para los consumidores.
La historia terminó mal. Al quedar el precio final en $250 pesos, muchos consumidores pagaban con dos monedas. Una de $200 y otra de $100 pesos ($300 pesos). En la mayoría de las tiendas el tendero les devolvía los $50 pesos de las vueltas con una mentica o un chiclecito, todo en diminutivo.
Así las cosas, el desembolso real para el consumidor terminó en $300 pesos por el “efecto vueltas”. Significó entonces, un gasto adicional de $100 pesos diarios y de $3,000 pesos mensuales. Ojo, $3,000 pesos de ese momento y $3,000 pesos de hoy tienen un alto impacto para millones de colombianos.
Mucho me temo que algo parecido comenzará a suceder con cientos de alimentos que se venden en las tiendas y que hacen parte del mercado diario. Desde esta semana, comenzó a regir el nuevo impuesto a las bebidas y productos comestibles ultra procesados. Chorizos, salchichas, dulces, galletas, arepas, papas fritas, gaseosas, entre otros.
Diferentes estudios, concluyen que el precio al consumidor final de estos productos aumentará entre un 3% y un 10%. Un dulce o una chocolatina de $300 pesos, en teoría subirá a $330, pero por el “efecto vueltas” subirá a $350 o $400. ¿Que son $50 o $100 pesitos?
Estoy de acuerdo con el espíritu de los impuestos saludables. Tienen mucho sentido en los países desarrollados, en los cuales los ciudadanos cuentan con los mínimos vitales para poder decidir libremente. Pero en lo que no estoy de acuerdo es con la pertinencia y la oportunidad para Colombia. Este impuesto quedó mal diseñado. Es regresivo y golpeará el costo de la comida de los colombianos de menores ingresos. Afectará a los que comen menos de tres comidas al día. A los que comen lo que pueden y no lo que quieren.
3,2 millones de colombianos no tienen acceso a agua potable. Muchos de ellos, carecen de ingresos mínimos y de una nevera. Sí, de una nevera. ¿De verdad pueden ellos escoger alimentos saludables? ¿Qué pueden tomar? Pues lo más seguro, es que les toque tomar gaseosa. Cuando vayan a comprarla, les costará un 10% más. Le preguntarán al tendero: ¿Y las vueltas? El tendero les responderá, vecino llévese un dulcecito.
Con una inflación promedio del 11%, la gasolina y las tasas de interés por las nubes, el bolsillo de los colombianos está muy golpeado y a partir del primero de noviembre, estará aún más golpeado, sobre todo el de los colombianos con menores ingresos.
Creo que mucho de esto incidió en las votaciones regionales. No sé si ganó o perdió Petro. Lo que sí sé, es que, a partir de esta semana, nuevamente los que pierden son los colombianos más vulnerables.