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Columnistas | PUBLICADO EL 29 diciembre 2020

Unos Reyes Magos cargados con vacunas

Por humberto monterohmontero@larazon.es

Una mal llamada nueva cepa, en realidad una mutación más contagiosa del mismo covid-19 que tanto dolor ha causado en el mundo, ha estado a punto de arruinar el arranque simultáneo de las vacunaciones contra el dichoso virus de Wuhan en toda Europa. Al parecer, la nueva variante británica circula a su aire por toda Europa. Ya hay casos también aquí, en España, concretamente en Madrid y Andalucía, destinos muy queridos por nuestros mal avenidos vecinos ingleses, que en unos días serán más que nunca una isla tras abandonar el escudo protector de la Unión Europea.

Pero ni siquiera los virus mutados ingleses han podido con la esperanza que desata en la Humanidad la llegada de una vacunación masiva. Como sabemos y así nos dicta la experiencia, los coronavirus van generalmente mutando hacia variantes más contagiosas y menos mortíferas. Esa es la lógica y la razón de ser de cualquier ser vivo, aunque sea un ectoplasma: multiplicarse y vivir en el mejor entorno posible cuanto más, mejor.

Por tanto, la mayoría de expertos mundiales, virólogos y matemáticos predicen que las nuevas variantes de la covid-19 serán similares a la actual o, en cualquier caso, más benignas que las cepas originales, sin perjuicio de que surjan nuevos coronavirus presentes en el reservorio animal, especialmente en los murciélagos, unos bichos a los que hay que dejar en paz, pues por sí mismos son la mejor lucha contra las plagas de insectos y además contagian un montón de porquerías. Eso no implica que se multipliquen hasta el infinito, pues también los insectos son vitales para la polinización.

En definitiva, el mundo comienza a ver ya la luz al final del túnel. Quizá para la primavera, allá por mayo, tengamos contenido al virus y podamos poco a poco retomar con todas las cautelas, distancias y hábitos higiénicos un atisbo de nuestra vida pasada. La hostelería, el pequeño comercio y el turismo están deseando que así ocurra.

Desde luego, hay múltiples signos de que la llegada de los Reyes Magos cargados de vacunas va a lograr sacar del pozo a la economía global. Las bolsas comienzan a recuperarse con fuerza, incluso los valores más decaídos por el impacto de los confinamientos. El DAX de Fráncfort, que agrupa a los principales valores de la bolsa alemana, la primera economía europea, está en máximos históricos. También Wall Street y hasta el bitcoin está como loco. Por su parte, la subida del barril de Brent, de referencia por estos lares, ha recuperado los 50 dólares, lo que augura una recuperación de la actividad industrial.

Pero no podemos bajar la guardia. Por eso, aplaudo esa ley seca en Bogotá por el fin de la Liga de fútbol, aunque no comulgue con las opiniones de su alcaldesa. Y también aplaudo la contención de todos ustedes estos días, porque de estos vientos pueden venir lodos futuros. Limiten en lo posible las reuniones y los desplazamientos porque a medida que las vacunas se introduzcan en los países, se amortiguará más rápido el virus, quizá hasta desaparecer o ser residual, si nosotros ayudamos con nuestro sacrificio. Un esfuerzo más. Porque hoy más que nunca sabemos que el mundo es uno y que lo que hacemos aquí afecta en todas partes.

Mis bendiciones para el Año Nuevo y mi gratitud, porque entre todos estamos luchando por primera vez unidos contra un enemigo común. Sin guerras ni conflictos. Enhorabuena

Humberto Montero

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