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Columnistas | PUBLICADO EL 02 diciembre 2019

¿UN DIÁLOGO DE SORDOS?

Por JUAN JOSÉ HOYOSredaccion@elcolombiano.com.co

Mientras miles de manifestantes siguen marchando por las calles de Colombia por décimo día consecutivo, el gobierno del presidente Iván Duque ha intentado sin éxito iniciar una Gran Conversación Nacional para poner fin al malestar político y social que se ha apoderado del país.

Las marchas y las protestas con cacerolas han sido pacíficas en su mayoría, aunque han sucedido hechos lamentables como la muerte de un estudiante a manos de un agente del Escuadrón Móvil Antidisturbios, en Bogotá, y las graves heridas que recibió un policía durante un enfrentamiento con estudiantes ocurrido en Neiva.

La Gran Conversación empezó el lunes en la Casa de Nariño, cuando el presidente se reunió con los gobernadores y los alcaldes electos de los departamentos y las ciudades capitales.

Allí el presidente defendió el Plan Nacional de Desarrollo y la reforma tributaria de su gobierno. Camilo Romero, gobernador de Nariño, cuestionó la orientación que Duque dio a la reunión y acusó a su gobierno de “dilatar la solución de los problemas y convocar a unas charlas, pero no a un diálogo”.

“Son cosas muy distintas” dijo Romero. “En el diálogo estás dispuesto a escuchar y rectificar. En vez de eso, lo que ha hecho el presidente es pedir que se rodee al gobierno”.

Claudia López también dijo que los alcaldes y gobernadores electos no eran los voceros de los manifestantes y por lo tanto no era con ellos con quienes debería dialogar el presidente sino con los organizadores del paro. El martes, Duque se reunió con los representantes del Comité Nacional del Paro. En lugar de escucharlos, les propuso dialogar con los empresarios y los gremios. Molestos con su actitud, los miembros del Comité entregaron por escrito sus propuestas y abandonaron la reunión. La posición de Duque fue calificada por la periodista Patricia Lara como un intento de “dialogar con todos para no dialogar con nadie”.

El miércoles, el gobierno realizó la mesa de diálogo por la educación. Esta se llevó a cabo sin los representantes del paro, pues no asistieron ni los maestros, ni los representantes de los movimientos estudiantiles.

Ante el fracaso de los diálogos, Lidio García, presidente del Senado, promovió un encuentro de parlamentarios con representantes del Comité Nacional del Paro. Al final de la reunión, publicaron un documento en el que solicitaron al presidente reconsiderar su posición.

El jueves, tras una nueva reunión, el Comité del Paro envió una carta al presidente firmada por 300 representantes de organizaciones nacionales, congresistas y miembros de Defendamos la Paz, pidiéndole que atienda las peticiones de la ciudadanía y deje a un lado “el monólogo”. En la carta, el Comité propuso la creación de una mesa nacional de diálogo “incluyente, democrático y eficaz” en la que se traten cinco temas: 1) El pliego de peticiones de Comité Nacional de Paro sobre la política económica y social del gobierno. 2) La implementación integral del acuerdo final de paz y la posibilidad de explorar escenarios para retomar el diálogo con Eln. 3) El planteamiento de una política de seguridad donde se aborde el asesinato sistemático de líderes sociales. 4) Una reforma política y electoral para luchar contra la corrupción. 5) Medidas para garantizar los derechos de la naturaleza.

Dicen los diccionarios que un diálogo es una conversación entre dos o más personas que alternativamente manifiestan sus ideas para lograr un acuerdo. También dicen que un diálogo de sordos es una conversación en la que los interlocutores no se prestan atención.

Ojalá el gobierno del presidente Iván Duque ponga fin a este diálogo de sordos en que se han convertido estos desencuentros de su Gran Conversación Nacional y acepte por fin el diálogo incluyente, democrático y eficaz que proponen las centrales obreras, los maestros, los campesinos, los indígenas y los estudiantes.

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