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Esta semana se conoció un dato muy positivo para la descarbonización del sector eléctrico. Según la Agencia Internacional de Energía, la generación de electricidad a nivel mundial está llegando a su pico de emisiones de gases efecto invernadero, indicando que la transición energética ya empieza a dar frutos concretos en materia de mitigación climática. Esto es una gran noticia, pues el sector eléctrico es una de las principales fuentes de emisiones a nivel global.
El consumo de electricidad en Europa registró una caída importante de cerca del 3.5 por ciento en 2022 con respecto al año anterior, generando que la demanda global creciera a un ritmo moderado del 2 por ciento y se ubicara por debajo del promedio anual de los últimos 5 años. Dos de los otros tres grandes consumidores de energía eléctrica, Estados Unidos e India, presentaron tasas de crecimiento históricamente robustas de 2.6 y 8.4 por ciento, respectivamente. Sin embargo, la tasa de crecimiento de China, que representa cerca del 30 por ciento de la demanda global de energía eléctrica, estuvo afectada por los brotes de covid-19, y se estima que se situó en cerca del 2.6 por ciento en 2022, aproximadamente la mitad de la tasa promedio de crecimiento anual de lustro pasado. Pasando a las emisiones asociadas a la generación eléctrica, estas tuvieron un crecimiento de 1.3 por ciento en 2022 frente a 2021, muy por debajo del 6 por ciento de la tasa de crecimiento del año anterior, y todo indica que están llegando a su punto máximo.
La Agencia estima que el crecimiento de la demanda de energía al año 2025 será cubierta en un 90 por ciento por fuentes nucleares y energías renovables, en donde estas últimas incrementaran su participación en la matriz de generación global de 29 a 35 por ciento del total. Al mismo tiempo, la participación de la generación térmica a carbón y gas natural se contraerá durante este periodo, haciendo que la intensidad de las emisiones asociadas a la generación disminuya aún más en el futuro. El mayor crecimiento de la capacidad instalada de energías renovables se dará en China, donde se espera un crecimiento del 45 por ciento en los próximos 3 años, seguido por Europa con el 15 por ciento. En cuanto el continente americano, las energías renovables, incluyendo hidroeléctricas, representaron cerca del 36 por ciento de la generación total en 2022, y se espera que su participación incremente al 40 por ciento al 2025. Los más de 30 billones de dólares en incentivos fiscales que introdujo Estados Unidos el año pasado, seguramente le darán un impulso adicional a la generación renovable no convencional.
Estas cifras demuestran que el mundo no solo vive una transición sino también una adición energética, donde las energías y las tecnologías limpias nos permitirán descarbonizar gradualmente los aparatos productivos, sin necesidad de recurrir a teorías de decrecimiento económico que afectarían en mayor medida a los países de menores ingresos y a las economías emergentes
*Miembro Distinguido Visitante del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia en Nueva York.