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El agua es vida, y la vida, por lo menos en nuestro planeta, es agua. Sin el agua la vida es imposible. Así lo decía un científico al anotar que las tres cuartas partes del globo están cubiertas por los océanos, en los que parece que empezó la vida. En la mayor parte de la Tierra se dispone de agua suficiente para satisfacer las necesidades primarias. Y fueron la abundancia de las lluvias y el curso de los grandes ríos factores determinantes para la organización de los centros de población. Colombia es el cuarto país del mundo con mayor riqueza hídrica, después de lo que integraba el conjunto de la Unión Soviética, Canadá y Brasil. Sin embargo el 60% de la población carece de un eficiente servicio de agua potable. Y cuando se habla de la calidad del agua se supone su protección contra la contaminación biológica, exenta de sustancias tóxicas. En este caso lo esencial es la pureza bacteriológica, ya que con alguna frecuencia las fuentes de agua utilizadas para el consumo humano, lo son también de enfermedad y de muerte. Es que el agua también puede matar y no solo por la escasez. En las regiones menos desarrolladas el 80% de las enfermedades y el 33% de las muertes, se deben a la ingestión de agua contaminada.
Disponer de agua potable equivale a gozar de mejor salud y a tener mayores posibilidades de instaurar un estilo de vida que abra horizontes al crecimiento social y económico. El agua hay que considerarla como un bien público al alcance de todos. En este campo Medellín es modelo y ejemplo a través de sus Empresas Públicas. En Antioquia 87 de sus municipios reciben agua potable. En el Quindío sus 12 municipios consumen agua potable. No ocurre lo mismo en otras zonas del país. En el Caquetá, por ejemplo, solo el 2.5 por ciento de la población posee agua de calidad. El resto, según estudios de la Universidad de la Amazonia, utiliza procedimientos directos de purificación en sus viviendas. En casi todos sus municipios el agua está contaminada con materia fecal. Así quedó expuesto en el Primer Congreso Internacional del Agua, celebrado en Medellín en 1993, organizado por la Corporación para el Agua y la Universidad de Antioquia, con la participación de expertos mundiales en la materia, bajo la orientación del profesor Gabriel Roldán. El agua es una realidad inscrita en el hecho natural e histórico de la vida. Es un recurso indispensable para los seres vivos. Sin agua no hay vida. El agua es irreemplazable en la naturaleza y sin ella no es posible la vida. Para su desarrollo se necesita agua, como lo establecieron las primeras civilizaciones, entre ellas Egipto, Mesopotamia, China o los Olmecas, que se ubicaron inicialmente cerca de los ríos. El agua es vida y la vida, por lo menos en nuestro planeta, es agua.