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La encuesta de EL COLOMBIANO dice que el saliente alcalde de Medellín Federico Gutiérrez tiene aceptación del 83 %, pero entre los líderes de opinión, que analizan la realidad y conocen más los temas, perdió la evaluación con 53 %.
El alcalde que inició su gestión como un vaquero del lejano oeste americano persiguiendo bandidos en vehículos oficiales para alebrestar al ciudadano y mostrarle que llegaba pisando fuerte. El mismo que se creyó la justicia, viniéndose lanza en ristre contra jueces que dejaban libres a supuestos delincuentes.
Todo eso gusta hoy, cuando la gente ante la falta de acción de las autoridades toma justicia por su propia mano.
Su balance reciente habla de más de 150 cabecillas capturados así como más de 3700 miembros de bandas (¿cuántos seguirán detenidos).
Sí, Fico, el que se gastó miles de millones de pesos de los impuestos ciudadanos para elogiarse con costosas publicaciones en los medios masivos. El alcalde de amores y odios.
Quedó debiendo en varios frentes. En movilidad es como si no hubiera pasado por la Alcaldía. Se rajó hasta en la encuesta de EL COLOMBIANO. Hoy, de acuerdo con Medellín cómo Vamos, la mayoría dice que se demora más en transportarse. El caos vehicular es cada vez peor.
Reverdeció partes del Centro, como la Oriental (en donde se despilfarraron recursos tumbando pronto una obra recién construida), aunque sigue faltando imaginación para sembrar árboles. La seguridad de este, otra bandera al inicio de su gestión, también dice que es como si no hubiera actuado. El Centro sigue dando miedo a muchas horas.
Fueron 36 corredores verdes, una apuesta novedosa en lo ambiental, pero no construyó parques en el norte, donde urgen, y extrañamente solo 70 000 de 865 000 árboles sembrados se plantaron en la zona urbana que es donde viven más de dos millones de personas.
Le dio muy duro reconocer que el aire contaminado de la ciudad enfermaba y mataba, desconociendo en su momento estudios internacionales. Y aunque sigue enfermando y matando, mejoró. Eso sí, faltan más equipos de medición y alertar al ciudadano en lugares donde se sobrepasan límites. Nuestro aire todavía excede las normas de la OMS.
Se va Fico y la seguridad sigue siendo un problema serio en cada barrio y esquina, independiente de informes contradictorios sobre la reducción de homicidios.
Y como en la canción, no se sabe para dónde se va pero tanto autoelogio debe ser para algo.
Maullido: defender al Esmad como actúa hoy, es defender el horror.