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El regalo no es el regalo

El regalo no es el regalo. El regalo es que alguien haya pensado en ti, en un mundo donde nadie piensa en nadie. El regalo es que alguien haya hecho el esfuerzo de hacerte saber que le importas.

05 de enero de 2025
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  • El regalo no es el regalo

Por Sara Jaramillo Klinkert - @sarimillo

Siempre he pensado que fue mala idea que uno de los Reyes Magos regalara oro. Sin proponérselo, instauró en la conciencia colectiva la idea de que los regalos deben ser caros. Estoy segura de que todos conocemos personas que, por esta época, visitan comunidades apartadas con las que tienen algún vínculo para llevarles regalos. Mi vecina de cabaña es una de esas. Lleva treinta años ininterrumpidos haciéndolo. Cualquiera pensaría que en treinta años las condiciones socioeconómicas de la gente han mejorado, pero, por increíble que parezca, ocurre todo lo contrario. Además, las carreteras son malas y empeoran al punto de que cada vez tiene que contratar un transporte nuevo, porque todo el que osa meter un carro aquí se niega a volver a hacerlo. Y al decir «aquí» estoy mencionando cualquier zona periférica del país. Esta vez mi vecina llegó con tres camiones, sin duda, conoce más que el Dane la composición poblacional de la zona. Llegar es tan difícil que uno no se encuentra con nadie y, por momentos, se siente el último habitante del mundo. Hasta que aparece ella llena de sorpresas y la gente es como si brotara espontáneamente de la tierra. Las familias hacen viajes larguísimos bajo un sol de cuarenta grados, en burro o a pie, solo para recibir sus regalos. Verlos regresar a sus veredas y ranchos, con sus paquetes y sus sonrisas te reconforta con la vida.

A veces me los encuentro en la playa y les pregunto qué les dieron. Todos me muestran emocionados lo que les tocó, sin embargo, no falta el desagradecido que hace una mueca de desprecio y regresa por donde llegó chutando montoncitos de arena. Los veo alejarse, mientras me quedo rumiando en mi cabeza lo que quisiera y nunca he sido capaz de decirles. ¿Sabes qué? Mi vecina trabaja doce meses gestionando donaciones, recogiendo regalos, revisando la composición de las familias, proyectando las edades para poder darles cosas que se ajusten a sus necesidades, edades y tallas. Mi vecina empaca miles de regalos y negocia con los transportistas la traída de las cosas hasta aquí y luego ella misma arma una «oficina» en la playa y dedica parte de sus vacaciones a entregar personalmente todo lo que ha traído y, de paso, a actualizar el censo poblacional. Es decir, mi vecina piensa absolutamente todo el año en cada una de las personas de la zona. Ese es el regalo. Independiente de lo que te haya tocado.

Año tras año compruebo que el regalo no es aquello que se esconde bajo un empaque. El regalo no es el regalo. El regalo es que alguien haya pensado en ti, en un mundo donde nadie piensa en nadie. El regalo es que alguien haya hecho el esfuerzo de hacerte saber que le importas. Por eso hay regalos que parecen insignificantes, pero son valiosos, y hay regalos muy caros que, por el contrario, no valen absolutamente nada. Y por eso también hay gente que nunca se entera de lo que es el agradecimiento. Si tienes la suerte de experimentarlo considérate afortunado: ese es tu regalo. Y vale más que todo el oro de los Reyes Magos.

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