Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
Por proantioquia - opinion@elcolombiano.com.co
Hoy hace cincuenta años, un grupo de empresarios antioqueños tomó una decisión audaz: crear una plataforma cívica, ética y empresarial que trascendiera los intereses individuales para pensar, desde la sociedad civil, en el bienestar colectivo de Antioquia y Colombia. En momentos difíciles, cuando el país pedía liderazgos, once empresarios se propusieron tender puentes entre sectores, creer en lo público y apostarle, sin titubeos, a una mejor democracia.
Así nació Proantioquia un 1 de julio. No como una empresa. No como un gremio. No como un actor más en el debate. Nació como una convicción y una promesa de futuro: que el sector empresarial tiene una responsabilidad pública. Que las empresas pueden generar riqueza, sin que ello vaya en contravía de crear valor social y valor público. Que una sociedad más competitiva, justa y equitativa necesita empresarios comprometidos, vocales y valientes. Empresarios con raíces, pero también con alas.
Honramos ese legado con profunda gratitud. A cada empresa que ha creído en esta causa. A cada líder que, desde lo público, lo social o lo académico, ha caminado a nuestro lado. A cada voz crítica que nos ha exigido más y mejor. A cada comunidad que ha sido inspiración y razón de ser. Lo tenemos claro: no hacemos nada solos. Los grandes programas y proyectos que hemos consolidado han sido posibles gracias al trabajo y la inteligencia colectiva.
Estos 50 años no son un punto de llegada. Son un punto de partida. Una nueva oportunidad para seguir rodeando a las instituciones democráticas, seguir apostándole al largo plazo y a las conversaciones de futuro, seguir convocando desde el sector privado, con respeto y firmeza, a todos los que quieren construir una Colombia más digna y unida. Hoy, varias generaciones de empresarios convergen en renovar la promesa de los fundadores: un pacto de largo aliento entre ética y desarrollo.
Nuestra agenda se ha enriquecido y ha respondido con altura a los desafíos del presente y a las necesidades que no existían hace 50 años. Además de haber ayudado a materializar proyectos como Ruta N, Parque Explora, Metro de Medellín, Buen Comienzo, entre otros, hemos tejido alianzas por jóvenes y mujeres, impulsado avances en educación, cultura, liderazgo, empleo, cambio climático e internacionalización, y alzado la voz para cuidar lo público con determinación. Proantioquia ha evolucionado y construido confianza como punto de encuentro sobre lo fundamental.
Renovamos nuestro compromiso con tres grandes apuestas que marcarán el camino de los próximos años: consolidar una región aeroportuaria globalmente conectada; impulsar a Urabá como motor agroindustrial, logístico y portuario de Colombia; y posicionar a Antioquia como destino líder en turismo sostenible. Tres fuerzas catalizadoras del empleo, la inversión, el talento regional y el desarrollo social.
Medio siglo después seguimos creyendo —como nuestros fundadores— que el desarrollo no se improvisa: se cultiva con estrategia, se sostiene con alianzas y se honra con hechos. Gracias a quienes han confiado en este proyecto. A quienes lo han hecho posible con su liderazgo, su trabajo y su esperanza. Este aniversario no solo celebra el pasado: convoca al presente y nos compromete con el porvenir.
Este aniversario marca también un inicio: damos la bienvenida a Juliana Velásquez Rodríguez, nueva Presidenta Ejecutiva, quien asume el liderazgo con optimismo, compromiso y responsabilidad. Confiamos en que su visión y capacidad de convocar fortalecerán nuestra misión. Como ella lo expresa: “Somos el resultado de cincuenta años de construcción valiente y colectiva. Hoy comienza una nueva etapa para proteger lo que hemos logrado y trabajar, con creatividad y propósito, por el futuro de Antioquia y Colombia”. A María Bibiana Botero, nuestra gratitud y admiración por su legado.