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Columnistas | PUBLICADO EL 11 julio 2020

¿Por qué abrir iglesias antes que colegios?

Por David González Escobar

Universidad Eafit
Ing. Matemática - Economía, semestre 7
davidgonzalezescobar@gmail.com

Esta columna es escrita por una persona abiertamente no religiosa. Importante aclararlo, aunque no debería entorpecer los argumentos que se exponen.

Tesis: es totalmente fuera de lugar que el Gobierno haya preparado un “protocolo de bioseguridad” para la reapertura de iglesias antes de considerar uno para los colegios.

Primer argumento: los costos asociados al cierre de colegios en un país como Colombia son inmensos, probablemente el costo silencioso más grande que nos han traído las medidas de aislamiento.

Muchísimos estudiantes no cuentan con acceso a internet o un computador, aumentando las brechas entre ellos y los que sí. Para muchos se está dando una interrupción prolongada –o inclusive una pérdida– en el proceso de aprendizaje. Gravísimo.

Además, los colegios no son solo para aprender, también son espacios protectores para niños y familias. Para muchos niños del país el alimento más nutritivo del día es el almuerzo del colegio. A padres y madres se les dificultará retomar sus vidas productivas con sus niños en las casa sin quién los cuide. La salud mental se debe tomar en serio, sobre todo las posibles afectaciones a niños que –como menores de edad– siguen en prácticamente total encierro.

Pero bueno, asumamos que mantener colegios cerrados es igual de costoso que mantener iglesias cerradas. Viene el segundo argumento: el virus no es una enfermedad grave entre niños y niñas. La evidencia apunta a que los niños no son transmisores importantes de esta epidemia. Donde se han abierto, no parece haber relación directa entre la reapertura de colegios y el incremento en la transmisión del virus.

(No son afirmaciones a la ligera. Recomiendo el resumen de la evidencia respecto al tema compartido por la Universidad de los Andes).

Por el contrario, las congregaciones religiosas han estado consistentemente clasificadas dentro de las actividades que podrían traer más riesgos para la propagación del virus.

Personalmente, estoy convencido de que los costos asociados a mantener los colegios cerrados son mucho mayores a los de no abrir iglesias. No tengo argumentos para afirmar que sea la hora de abrir ninguno de los dos, pero -considerando que además de sus grandes costos, los niños están expuestos a menores riesgos– si se va a abrir alguno, deberían ser los colegios.

¿Por qué la decisión de tener un protocolo para reabrir iglesias antes que para reabrir colegios?.

*Taller de Opinión es un proyecto de
El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión
joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades
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