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Columnistas | PUBLICADO EL 09 febrero 2021

Narcocorrido en Ecuador

Por humberto monterohmontero@larazon.es

Ecuador contiene el aliento ante la perspectiva de otro mandato bajo el paraguas “chavista”. El candidato “correísta” Andrés Arauz, ganador de la primera vuelta de las elecciones, parte con ventaja en la segunda ronda. Arauz ha obtenido un 32 % de los votos por el 16,5 % de los otros dos contendientes, el centroderechista Guillermo Lasso y el candidato indígena Yaku Pérez. Queda por dirimirse el juego de alianzas para el segundo asalto, con los apoyos de los 12 candidatos restantes en juego, aunque los analistas pronostican un resultado muy ajustado.

Delfín del expresidente Rafael Correa, que gobernó Ecuador entre 2007 y 2017, Arauz tiene apenas 36 años y es el candidato más joven que podría alcanzar la Presidencia de Ecuador. Es también un recién llegado y el recurso de urgencia después de que el todavía presidente, Lenin Moreno, se apartara del “correísmo” en 2017.

La sola idea de que Rafael Correa ponga sus manos de nuevo sobre Ecuador desde su exilio en Bélgica es aterradora. Primero, porque durante su mandato se malversaron fondos públicos a manos llenas. Segundo, porque acabó a tortas con su propio segundo, Moreno, a quien ahora llama “demente” y “basura”. Tercero, porque Correa sigue defendiendo que todos los males de Venezuela son resultado de una confabulación y que su “narcoamigo” Maduro, quien hace y deshace a su antojo, no tiene culpa alguna de las calamidades que vive el pueblo venezolano. Cuarto, porque su lenguaje de confrontación está trasnochado y sigue apelando a enemigos como “los medios burgueses” y la mano negra de las elites. Mientras, él vive plácidamente y viaja en primera a México con cheques que nadie sabe de dónde llegan, aunque no hace falta atar muchos cabos para determinar que son la Rusia de Putin y la Venezuela de Maduro las que pagan la fiesta.

Y es que Correa tiene un largo historial de amistades peligrosas. En noviembre de 2006 publiqué en exclusiva en La Razón que la narcoguerrilla de las Farc aportó a la campaña de Correa la cantidad de 100.000 dólares, según se desprendía de los archivos que contenía el or adarcenador de “Raúl Reyes”, el «número dos» de la organización terrorista, que fue abatido el 1 de marzo de ese año en una operación militar del Ejército contra una base de las Farc en Ecuador. Aún dispongo de la documentación que me facilitó la Inteligencia colombiana a través de un enlace en la embajada en Madrid.

El Bloque Oriental de los insurgentes donó 50.000 dólares y el Bloque Sur, 20.000. Los otros 30.000 dólares fueron cubiertos por los otros cinco bloques, aunque fueron anticipados por el Frente 48, el que opera en la frontera ecuatoriana. Esto convertía a las Farc en uno de los mayores donantes de la campaña de Correa. Según las leyes electorales ecuatorianas están prohibidas las aportaciones de donantes extranjeros, con el agravante de que en ese caso el dinero provenía de las actividades narcoterroristas.

«Las elecciones están encima. Que el camarada Raúl (Reyes) diga dónde colocamos los dólares», afirmaba “Iván Márquez” en un correo del 11 de octubre de 2006. “Raúl Reyes” aseguraba en otro correo del 18 de enero de 2008 que el ministro de Seguridad de Ecuador, Gustavo Larrea, le expuso en persona el interés de Correa «de oficializar las relaciones con la dirección de las Farc» y se mostró dispuesto incluso a intercambiar información con la guerrilla, coordinar el «trabajo fronterizo» y «reemplazar a los mandos hostiles de la fuerza pública».

Más les vale a los ecuatorianos votar a sabiendas de quiénes van a poner sus manos en los recursos del país si gana Arauz: Maduro, Putin y el narcotráfico. En definitiva, Correa

Humberto Montero

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