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Columnistas | PUBLICADO EL 02 agosto 2022

Medellín cambió

Comprender que la ciudad se está convirtiendo en un destino de entretenimiento y bienestar es necesario. Lograr que esta vocación se desarrolle con calidad y legalidad es fundamental.

Por Federico Hoyos Salazar - contacto@federicohoyos.com

De acuerdo con el estudio anual de la revista Timeout, dedicada a presentar las ciudades más “cool” del mundo, Medellín está en la lista de las mejores 53 urbes, ocupando el tercer lugar, junto a Chicago y Edimburgo. ¿Cuál es la razón de este buen posicionamiento de la capital antioqueña? Según las personas entrevistadas por esta publicación, el clima, el orgullo local, la vida nocturna y la gastronomía son algunas de las razones para que esta sea una de las mejores ciudades para visitar y vivir.

Las ciudades cambian y adquieren vocaciones variadas. Durante años, Medellín se había convertido en un lugar turístico para presenciar su transformación. Los viajes en metro, visitas a los parques e intervenciones urbanas, eran una razón de atracción para visitantes. La realidad hoy es diferente, el mundo ya sabe que Medellín cambió. Esta narrativa se ha agotado. Las razones por las que la ciudad es reconocida globalmente y por las cuales personas de todo el globo nos visitan son diferentes a años anteriores. Rooftops (bares en los techos de edificios), alta cocina, música urbana, afabilidad y orgullo local de los habitantes son algunos de los motivos más fuertes por los que la ciudad se ha convertido en una tendencia.

Lo anterior está marcando una nueva vocación económica y, por lo tanto, gobierno e instituciones deben comprender esto para potenciar adecuadamente lo que la gente y el mercado están pidiendo. Empeñarse en ideas etéreas como en la que insiste la alcaldía sobre un “valle del software”, denota capricho o falta de comprensión frente a la realidad. Insistir en convertirnos en lo que no somos es desgastante y costoso. Vale la pena comprender también que los gobiernos no son quienes marcan el ADN de las ciudades, sino que son las personas con sus preferencias lo que las definen. Por esta razón es necesario que, en lugar de querer redefinir el rumbo económico de la ciudad, nos adaptemos de la mejor manera a lo que ocurre.

Ganar notoriedad mundialmente ha sido un largo proceso donde confluyen decisiones públicas, continuidad en políticas, inversión privada e innovación social. Si bien lo anterior no depende exclusivamente de un gobierno, conservar las buenas condiciones obtenidas sí. Asuntos como el aumento de la prostitución y la percepción en inseguridad, como lo indicó el último informe de Medellín Cómo Vamos, son motivos que requieren atención y acción de las autoridades locales. Lograr fortalecer y mejorar las condiciones para que en la ciudad crezca el número de restaurantes, hoteles y bares de buena calidad debe ser una decisión y ruta de trabajo conjunto entre gobierno local, empresarios y comunidades.

Comprender que la ciudad se está convirtiendo en un destino de entretenimiento y bienestar es necesario. Lograr que esta vocación se desarrolle con calidad y legalidad es fundamental. Lo anterior debe reflejarse en creación de empleos, nuevas oportunidades para los más jóvenes y superación de pobreza. Aprovechemos el interés que existe sobre la ciudad para mejorar condiciones de vida y profundizar en desarrollo 

Federico Hoyos Salazar

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